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DEZA: Buenas tardes Deza: Hoy es la festividad de los Santos...

Buenas tardes Deza: Hoy es la festividad de los Santos Inocentes. En Deza se celebra de una manera muy especial ya que son los quintos del año los protagonistas de la fiesta. Desconozco como se resarrolla hoy en día dicha celebración puesto que ahora suelen ser pocos los mozos que quintan, al año. Yo no trato de quitarles protagonismo por ello; pero creo que no tendrá tanta resonancia en un pueblo que en está casi vacío, comparando otros tiempos en que las casas estaban todas habitadas y los nacidos en un año, no eran dos o tres, si no una treintena. Aunque reconozco que el bulto tampoco es sinónimo que garantice en pasarlo a lo grande y con alegría.
Yo explicaré como se hacía en los años cuarenta/ cincuenta del siglo ya pasado. El día de la vispera se echaban a suerte los cargos del pueblo y al que le tocaba el as de oros (el orete) era en ese día el alcalde. Así mismo se elegían el juez, el alguacil , los guardas rurales y el secretario que sopongo sería el de la bolsa. Se trataba simbólicamente, de ejercer de autoridad en esa jornada festiva y pasarlo a lo grande. Se iba a Misa y se sentaban en el banco de autoridades y se adoraba al Niñp Dios, preferentemente. Los pregones corrían a cargo de un "Aguacil" que no atinaba con la corneta y esto unido a los bandos que echaba, producía la risa en los oyentes, sobre todo, de las mocitas que esperaban alguna alusión jocosa que se refiriera a ellas. Se pasaba por todas las casa del pueblo a pedir y se recogía de todo, preferenmente dinero con lo cual se hacía una buena comida y un animado baile. Miesntras unos cuantos pedían de puerte en puerta, otros trataban de distraer la atención de las buenas amas y sustraerles alguna cosilla para añadir a la farra, como podía ser algún pollo del corral o alguna vuelta de chorizo de las que en estos días estan colgadas en las cocinas para su secado. Tampoco se abusaba y avasallaba y se hacía más bien por hacer alguna zalagarda para poder contarla posteriormente. Las gentes sacaban pastas y madalenas y alguna copilla de licor y al final se acababa un poco piripi, como es lógico. Todo el mundo contribuía a que sus quintos lo pasasen lo mejor posible pues se reconocía que si no aquel año, al siguiente, algún hijo supo ocuparía ese mismo puesto. Y con una buena comida y un buen baile y cuatro tragos de vino, amanecía otro dá para seguir contando con un poco de resaca, las aventuras pasadas...
Muchas Felicidades para los quintos de este año y para un primo mio que se llama Inocencio aunque todos lo conocemos como Pepe.
Un abrazo del abuelo.