Buenos días Deza: Viendo una de las fuentes de nuestro pueblo me vienen a la memoria aquellas escenas en las cuales la mujer era la protagonista. Me estoy refiriendo a la faena de proveer de agua a sus casas varias veces al día. Veo, jovencitas aprendiendo esa dificil habilidad de llevar un cántaro apoyado en la cintura y esa otra más dificil todavía, de llevarlo en perfecto equilibrio sobre su cabeza coronada por un simple rollo de trapo perfectamente acomodado sobre su pelo. Y veo también aquella otra joven caminar con garbo demostrando salero y sembrando admiración entre los vecinos de su barrio. También aquella otra descansando de vez en cuando en su camino porque sus fuerzas le van fallando. Por todo ello, no puedo por menos que reconocer su labor y remomorar con cariño aquel esfuerzo que realizaron a pesar del frío, del calor, de la nieve, de los madrugones y de los apagones constantes...Un abrazo.