Abuelo yo también se que es eso de chuparse los dedos y encima estando sucios de barro. He esculado mucha remolacha y encima no era mía. Tenía que ayudar en casa, ganando un jornal para salir adelante. Es verdad que a las dos o tres remolachas que cogías ya no sabías si las manos eran tuyas pues incluso perdías la sensación del frio y es que estaban congeladas. Encima, creo que los guantes, tan abundantes hoy día, no se habían inventado. Es verdad lo que dices ya que de haberte cortado algún dedo ni te hubieses enterado pues los tenías insensibles. No me explico como no se nos congelaron para siempre. Lo único que nos pasadba y era porque nos hemos criado fuertes, es que nos salieran sabañones y no a todos...Un saludo abuelo.