La víspera de Santa Lucía, en Deza se encendían hogueras por todo el pueblo. Cada poco tramo de casas, se juntaban algunos vecinos y allí se calentaban un rato con las llamas y después con el rescoldo. Se solía bajar la bota y cañamones tostados. Había siempre algunos chicos dispuestos a saltar las llamas por encima. Los había también que recorrían el pueblo con garrotes con objeto de apagar las hogueras que pillaban a su paso si no encontraban resistencia o se habían marchado los vecinos ya. Saludos dezanos.