Buenos días Deza: Esta madrugada he tenido un sueño en el que me sentía inmensamente rico. Tenía muchas tierras y viñas muy llanas y criados que me las trabajaban y un administrador que se cuidaba de todo ello. Mi mujer era muy joven y guapa, corríamos por los cerros y chospábamos como dos cabritillos por los prados. Hasta incluso volábamos como pajaritos. Como veís todo ello era una utopía, una cosa imposible; pero yo la sentía real. De pronto ha empezado a cantar mi cuquillo, el gallo de la foto que cada día me despierta con sus kikirikis y hoy, precisamente hoy, me han dado ganas de bajar y retorcerle el cuello. ¿Por qué? Os parecerá poco lo que le hubiera hecho simplemente porque al despertarme he vuelto de golpe a la realidad: Mis tierras son pocas y están diseminadas, mi tractor está en el taller para ponerle ruedas nuevas (que cuestan un riñón), mi mujer roncaba a mi lado y encima tiene bigote (hoy no, pues se lo depiló ayer), mis rodillas no aguantan de artrosis, las pobres y aguantan a golpe de pastillas y de subir cerros y chospar, nada de nada. He intentado volar y por poco me "estozolo" ¿Que hubieras hecho tu...? Un abrazo.