Buenos días Deza. Hoy catorce de noviembre, hace ya muchos años, recuerdo que en mi casa ya no había nada colgado en el granero de mi casa, ni tan solo un hueso para echar al cocido y mis padres decidieron matar uno de los dos animales de bellota que teníamos para el engorde. Recuerdo que mi madre le decía a mi padre que era una lástima sacrificarlo tan pronto pues tenía todavía poco peso. Al final decidieron que no había mas remedio que dejar uno solo pues así tendríamos comida y el cochinillo que quedada engordaría deprisa, al tener algo mas de comida. En aquellos tiempos ya era normal en estas fechas realizar el sacrificio de los animales de corte o pocilga pues hacía mucho frio en noviembre. Ahora como el tiempo está tan cambiado, creo que no se podría hacer puesto que la carne no se conservaría debido al calor y sobre todo a los insectos voladores. Ya conocéis el refrán que dice: Para Todos los Santos la nieve en los altos. Hay quien dice la nieve en los cantos o sea en las calles. Un abrazo.