Esta es la Calle de la Solana que como su nombre indica, está orientada al sol o sea que recibe la caricia del astro rey de frente y de lleno, sobre todo en el invierno que es cuando se agradecen más las caricas de sus rayos oblícuos que aunque vienen de más cerca, es cuando menos calientas, precisamente por venirnos de lado. Hay en esta calle lugares muy buenos para tomar el sol desde estas fechas hasta finales de febrero aunque todos sabemos que en los tiempos que corremos ya no se necesita salir de casa para estar todo el día calentitos, en invierno. No como en tiempos pasados que si te quedabas en casa o te helabas o te entufabas. También hay lugares muy buenos para tomar el fresco en verano y hacer tertulia con los vecinos. La calle de la Solana es bastante larga y poco comercial puesto que sólo hay en ella el estanco, que también es drogueria y en donde puedes encontrar toda clase de ultramarinos y todo lo que busques y puedas necesitar para cualquier chapuza que hagas en tu casa. Recordamos desde aquí al tio Segundo, al Paco y a la Mari-Carmen. En esa casa es donde precisamente nació y vivió mi madre hasta bastante mayorcita, Un abrazo del abuelo.