De pequeño yo aprendí que si haciás pipí en un agujero de estos, salía la araña y si pinchabas el egujero por detrás con un palo, le cortabas el paso y ya no podía meterse dentro y quedaba fuera a tu disposición, que no era otra que matarla pues era "mala". Ahora en cambio se que no hay que hacerle daño ni a este ni a ningún otro animal de nuestro entorno. Hace un par de años encontré un alacrán o escorpión debajo de una piedra, en Peribáñez y lo volví a dejar tal como estaba. Mi acompañante, decidido a matarlo; pero yo lo convencí de que habá que dejarlo y que viviera su vida al igual que nosotros hacemos con la nuestra. Y dejo constancia que en Deza solamente he visto dos escorpiones en toda mi vida y el otro lo mi cerca de la muela de Las cortes. Uno de ellos era rubio y el otro negro. En otras partes de España los he visto a docenas. No hay que confundirlos con el "grillo cebollero" al que nosotros de pequeño lo llamábamos alacran. De esos había muchos en nuestro pueblo. Un abrazo del abuelo.