Acabo de comer y me viene a la memoria aquel refrán de los viejos que decían que "después de comer ni una letra leer". Supongo que lo de escribir, sería con una sentencia más severa puesto que hay que hacer un esfuerzo algo mayor. Y en esto me viene a la cabeza que vaya esfuerzo el que tenían que hacer lo que trillábamos aunque la mayor parte se la llevaran las mulas, mulos, caballos o burros, en fín, las caballerías, que decimos en mi pueblo. Y estoy pensando después de ver un documental sobre la historia del armamento, lo abandonado que estuvo el campo en centurias y centurias. Mientras las armas, instrumentos para matar y hacer daño evolucionaban a pasos agigantados, el trillo no evolucionó nada desde el tiempo de los romanos, hasta los años 50 del siglo pasado, en plena juventud nuestra, que diría aquel. Cuando la mayor parte lo abandonamos por aburrimiento. Y es que pienso que a los políticos de todos los tiempos nada más les ha interesado el poder y el poder nunca se alcanzó con un simple trillo, ni en una era ni en el campo; sino con unos barcos bien armados con cañones de largo alcance, con una infantería bien armada con armas ligeras y pesadas y con unas costas vigiladas por enormes cañones que valen un dineral. Solo he visto uno y ya no sirve; pero vaya, vaya lo que se gastaron allá o sea en fortaleza de La Mola, al otro lado de Mahón. Y así otros muchos. Si la ingeniería estaba tan desarrollada...¿Cómo es que el campo lo tuvieron tan abandonado y tan mísero?. Un abrazo del abuelo.