El tio Fidel tenía una huerta con un peral de peras de malacara. A pesar del nombre de dicho fruto es de una exquisited muy aceptable. Lo malo es que no se pueden guardar pues son peras de verano. El tio Fidel marcho muy lejos y para siempre y nos dejó un bello recuerdo que sirve de adorno a un monumento de iglesia, que podemos ver en la presente fotografía. Ahora que estan reparados todos sus tejados, habría que meterse con las escaleras que suben al campanario pues estan en mal estado y mas desde que todas las palomas del pueblo hacen sus nidos y dejan sus excrementos en los escalones de subida al campanario. Con lo buenos que son para echarlos al huerto y arreglar las verdurillas. Claro que ahora nadie quiere trabajos como este y las palomas estan poniendo todo verde, que se dice. Es para ahorrar otra palabra mas fea. Saludos domingueros amigos de Deza.