Me refiere el señor Algimiro, que era junto a su padre trillero de Cantalejo, que los trillos que hacían eran de madera de pino, ellos eran los únicos que los hacían de madera. Durante seis meses trabajaban en el pueblo, luego viajaban durante otros seis meses por los pueblos para venderlos.
La madera venía torneada de fábrica, y las chinas de pedernal las traían de Guadalajara.
Los bancos sobre los que apoyaban las tablas para elaborar los trillos se llamaban cárceles y eran dos. Las chinas las incrustaba con un martillo de acero, la que venía mal se partía; las tablas las unía con los tasillos y para acabarlos colocaba los cabezales. Evidentemente dejó de hacer trillos cuando vinieron las máquinas… los labradores emigraron y él también.
Los trillos de madera, los que hacía él, eran los que mejor trillaban. Si encontramos uno es de Cantalejo. Un saludo, C.
La madera venía torneada de fábrica, y las chinas de pedernal las traían de Guadalajara.
Los bancos sobre los que apoyaban las tablas para elaborar los trillos se llamaban cárceles y eran dos. Las chinas las incrustaba con un martillo de acero, la que venía mal se partía; las tablas las unía con los tasillos y para acabarlos colocaba los cabezales. Evidentemente dejó de hacer trillos cuando vinieron las máquinas… los labradores emigraron y él también.
Los trillos de madera, los que hacía él, eran los que mejor trillaban. Si encontramos uno es de Cantalejo. Un saludo, C.