Leyendo los comentarios que hacéis, en referencia a los cambios, de ámbito de nuestro pueblo, os diré que en mi corta vida (?) ya he visto un cambio y no me ha gustado. Es el que se hizo a mediados de los años 50 del siglo pasado en el que Deza pasó a ser de la diócesis de Osma-Soria y dejó de serlo de la de Sigüenza. Después de tantos siglos, los mandamases de nuestra generación, hicieron un desaguisado que no tiene por donde cogerlo. Alguien dirá que está muy bien que el poder político y el eclesiástico, tengan los mismos límites. Esto a mi no me convence y además no resuelve nada puesto que hay más diocesis que provincias y siguen las divisiones territoriales. Lo que no me explico es como los obispos no se opusieron a pesar de que sabemos quién mandaba entonces. Aries.