Si no tienes nada que decir sitúate receptivo. No pierdas la oportunidad de escuchar, observar o reflexionar.
Desde la modestia, la valoración personal debería ser baja, pues nadie mejor que nosotros para conocer las limitaciones e imperfecciones propias.
A veces juzgamos y nos escandalizamos por lo mismo que haríamos nosotros si estuviéramos en el mismo caso.
Desde la modestia, la valoración personal debería ser baja, pues nadie mejor que nosotros para conocer las limitaciones e imperfecciones propias.
A veces juzgamos y nos escandalizamos por lo mismo que haríamos nosotros si estuviéramos en el mismo caso.