Siguiendo con mis recuerdos de Deza y sabiendo que hubo de todo, quiero recordar que, a pesar de que no me gustaba pelear, hube de hacerlo con Vicente Angulo. Este hombre, ahora Juez de Paz, era lo que se llama un verdadero trasto y en una ocasión, creciditos los dos, aunque él con un año más, se atrevió a retirar los postes que preparábamos para lo que sería después el entablado para ver los toros, con nuestras respectivas cuadrillas. Cuando me enteré le increpé y nos enzarzamos en una pelea que él comenzó con una sonora bofetada. Recuerdo que rodamos por el suelo y que no hubo sangre. Nunca rompimos las relaciones amistosas y a pesar de que no fuimos amigos íntimos, todavía conservo una foto en la que figura él, Jesús del tio Virgilio; Guillermo, hijo del maestro; Julito, hijo de un guardia civil llamado Luciano y el que suscribe. Esta foto la hizo Luis Calvo, hijo de un alto cargo de correos, que venía los veranos a la casa de Albino y hermanos. Espero aprender a colocar fotos y la pondré con alguna otra que tengo de la comida del toro.
Como bueno, recuerdo la carta que escribí a Luis el Perrenchín, que se encontraba ingresado en un centro hospitalario de Soria, por el problema que le llevaría al estado de cojera que le ha acompañado toda su vida. Se le envió a instancias del maestro y en nombre de todos los niños de la clase. Agradeció mucho aquel detalle y así nos lo manifestó a su regreso.
Seguiremos otro día con más recuerdos, buenos y malos. Un abrazo amigos
Como bueno, recuerdo la carta que escribí a Luis el Perrenchín, que se encontraba ingresado en un centro hospitalario de Soria, por el problema que le llevaría al estado de cojera que le ha acompañado toda su vida. Se le envió a instancias del maestro y en nombre de todos los niños de la clase. Agradeció mucho aquel detalle y así nos lo manifestó a su regreso.
Seguiremos otro día con más recuerdos, buenos y malos. Un abrazo amigos