He colgado esta foto recordando las noches en que, de niños, buscábamos luciérnagas por el camino de la Canaleja, la Fuente Vieja o por los huertecillos del Suso. Es un curioso coleóptero que siempre me ha atraído. Nosotros las llamábamos gusanos o sapos de luz, y las había por todas partes. Recuerdo su blanda textura cuando las cogías con la mano para ponértelas sobre la cabeza, se las arrojabas a las niñas, o cuando las guardabas en una caja de cartón creyendo que, durante los días siguientes, continuaría brillando su abdomen. Hace mucho tiempo que no veo una luciérnaga; es probable que con los modernos insecticidas o herbicidas hayan desaparecido…una pena, porque su resplandor alegraba la noche. Todavía recuerdo su olor: era acido y desagradable; seguramente que el macho que lo oliera no pensaría lo mismo al ser las hembras las que brillan y huelen así para atraerlos.
También recuerdo una fábula en la que una serpiente perseguía sin tregua a una luciérnaga. Día y noche la acosaba, pero la luciérnaga se camuflaba donde podía hasta que llegó un momento en que la agilidad de la serpiente pudo más y la pobre luciérnaga hubo de enfrentarse a su final, pero antes le preguntó a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
-Claro-dijo la serpiente-.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No,- contestó la serpiente-.
- ¿Te hice algún daño?
-No, volvió a responder.
-Entonces; ¿por qué quieres acabar conmigo?
-Por que no soporto verte brillar- dijo la serpiente-.
A lo largo de nuestra vida, muchas veces nos tratan de humillar o devorar si ven que destacamos en algo y nos preguntamos: ¿Por qué me ocurre esto si no he hecho nada malo?
Es sencillamente, porque muchas personas no soportan ver brillar a otras.
El envidioso tiene la penitencia en el mismo pecado.
Un saludo
También recuerdo una fábula en la que una serpiente perseguía sin tregua a una luciérnaga. Día y noche la acosaba, pero la luciérnaga se camuflaba donde podía hasta que llegó un momento en que la agilidad de la serpiente pudo más y la pobre luciérnaga hubo de enfrentarse a su final, pero antes le preguntó a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
-Claro-dijo la serpiente-.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No,- contestó la serpiente-.
- ¿Te hice algún daño?
-No, volvió a responder.
-Entonces; ¿por qué quieres acabar conmigo?
-Por que no soporto verte brillar- dijo la serpiente-.
A lo largo de nuestra vida, muchas veces nos tratan de humillar o devorar si ven que destacamos en algo y nos preguntamos: ¿Por qué me ocurre esto si no he hecho nada malo?
Es sencillamente, porque muchas personas no soportan ver brillar a otras.
El envidioso tiene la penitencia en el mismo pecado.
Un saludo