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DEZA: Es muy común la idea disociativa de cuanto ocurre en...

Es muy común la idea disociativa de cuanto ocurre en la naturaleza. Ningún acontecimiento sucede sin que sobre otros actúen algunas fuerzas o consecuencias que les afecten. En suma, todo lo que ocurre en el Cosmos está concatenado. Cualquier sonido se comporta en el aire de forma análoga a como lo hace la piedra lanzada en el lago, formando círculos concéntricos. Pongamos otro ejemplo: La muerte de una planta o animal de compañía (por quedarnos debajo de lo que habitualmente llamamos desgracia personal). La persona que cuida de la planta o quien depende de la compañía de su perro o gato, sufre una sensación de dolor por esta pérdida; su comportamiento con los más cercanos se verá afectado y las consecuencias por el efecto dominó son imprevisibles. Si midiéramos las auras con la cámara Kirliam quedaríamos sorprendidos de la repercusión asociativa acumulada por un acontecimiento, en apariencia, intranscendente.
Hay una ley física que dice: “La materia ni se crea ni se destruye, solo se trasforma”; ello nos lleva a la evidencia de que además de las variaciones a nivel afectivo hay otras, de tipo físico y que unas y otras son interdependientes, con una relación entre ambas que se complementan.
Si nos elevamos de grado biológico y llegamos al hombre, esta trascendencia será inmensamente superior, no porque lo sea en sí misma, sino por la importancia que nos viene dada a través de milenios y que posiblemente el apartado hombre y todo lo demás no deja de ser un sofisma que no se sostiene mas que por el egoísmo de nuestra especie, al darse una importancia que está lejos de toda realidad objetiva. El mismo problema padece la cría que se queda sin madre en las especies inferiores que en las superiores, con la desventaja de aquéllos que, al estar menos organizadas corren el peligro de perder la vida. Una organización global efectiva sería aquella que contemplara los derechos de todas las especies de nuestro Planeta y las obligaciones de respetar por las que, desde nuestra óptica, estamos organizados.
Tanto las filosofías como las cosmologías y teologías solo serán válidas si actúan con respeto recíproco, con autocrítica y olvidando los dogmatismos arcaicos.