Este cacharro que vemos a medias, es una máquina de ablentar o aventar, nº 3 de la casa Ajuria, de Vitoria. Quedó encerrada en la casilla de su dueño esperando tiempos mejores y el tejado del edificio se le cayó encima porque el amo que la compró se hizo mayor y se murió. Los hijos ya no la necesitaron.
La máquina fabricada en Vitoria era muy vistosa y ligera; pero no era de las mejores. Las había más consistentes y robustas, tal como las de Casasola de Arión. En ese pueblo de Valladolid tuvieron una industria muy floreciente y vendieron su producto por toda España. Ahora perdieron el tren, como se dice pues se tenían que haber dedicado a otra maquinaria viendo el porvenir que esperaba a las cosechadoras y no lo hicieron quizá porque se necesitaba una gran inversión de capital y de tecnología. La aventadora era fácil de hacer y se fabricaban, incluso artesanalmente, en pequeños talleres de carpintería.
Un abrazo.
La máquina fabricada en Vitoria era muy vistosa y ligera; pero no era de las mejores. Las había más consistentes y robustas, tal como las de Casasola de Arión. En ese pueblo de Valladolid tuvieron una industria muy floreciente y vendieron su producto por toda España. Ahora perdieron el tren, como se dice pues se tenían que haber dedicado a otra maquinaria viendo el porvenir que esperaba a las cosechadoras y no lo hicieron quizá porque se necesitaba una gran inversión de capital y de tecnología. La aventadora era fácil de hacer y se fabricaban, incluso artesanalmente, en pequeños talleres de carpintería.
Un abrazo.