Hola, Mª Eugenia: un placer volverte a saludar. No llegué a conocer a tu familia y he consultado a mis padres, nonagenarios casi, y tampoco los recuerdan. Pero a quien yo recuerdo perfectamente es a tu tía Rafaela. Vivía con mi tía Fausta en el Molino de la Vega y yo les hacía visitas con frecuencia; me agradaba estar con ellas. La tía Fausta me contaba historias de su marido el tío Evaristo que era tío lejano mío y hermano de un cura tocayo de nombre y apellido que fue párroco de Deza durante muchos años. En cuanto a Rafaela, me hablaba emocionada de la familia que tenía en Chile y me guardaba unos preciosos sellos de las cartas que de allí recibía. Aquellos sellos eran muy distintos a lo que llevaba por aquí, puesto que casi todos los valores faciales de franqueo eran de la efigie de Franco.
Un cordial saludo
Un cordial saludo