Buenos días Deza: En esta fotografía vemos muy sonriente a la tia Florentina. Se ve muy mayor y muy feliz no solamente porque está disfrutando de la matanza del cerdo de la rifa del Santo Cristo; sino también porque estaba bien atendida en su vejez. Y es que a las personas mayores es esencial que las mimen en sus años últimos. Siempre fue ley de vida.
Un abrazo.
Un abrazo.
El escritor brasileño Amado Filho escribió una carta que era una especie de "testamento biológico alternativo" sobre el sentido pleno de la vida, para cuando nuestro sistema fisiológico no responda a nuestra mente.
Decía así:
Queridos hijos y nietos: El día que sea "viejo", no será como ahora. Tened paciencia conmigo y buscad la manera de comprenderme.
Cuando comiendo me ensucie la camisa y ya no logre atarme los zapatso, tened paciencia conmigo y recordad las horas que yo he gastado en enseñaros las mismas cosas.
Un abrazo.
Decía así:
Queridos hijos y nietos: El día que sea "viejo", no será como ahora. Tened paciencia conmigo y buscad la manera de comprenderme.
Cuando comiendo me ensucie la camisa y ya no logre atarme los zapatso, tened paciencia conmigo y recordad las horas que yo he gastado en enseñaros las mismas cosas.
Un abrazo.
Si durante las conversaciones repitiera mil veces lo mismo y supiérais ya la conclusión, no me interrumpais y escuchadme igualmente. Recordad que cuando érais pequeños, para que os durmiérais yo siempre os repetía las mismas historias hasta que cerrábais los ojitos.
Un abrazo.
Un abrazo.
Cuando estemos junto y sin quererlo, me ensucie, no os avergoncéis y compréndedme: Yo no tengo laculpa de perder el control de mis facultades. Recuerdad todas las veces que yo os he limpiado, aseado y perfumado...
Un abrazo.
Un abrazo.
Cuando me veais incapaz e ignorante ante las nuevas tecnologías, dadme tiempo para que las entienda y sobre todo no os moféis de mi. Yo tuve mucha paciencia para enseñaros a caminar por la vida y nunca me desanimé, en mi afán.
Un abrazo.
Un abrazo.
Y cuando mis piernas ya no me mantengan de pie, ofrecerdme vuestro brazo para sostenerme. Tened presente las horas que pasé ensenándoos a dar vuestros primeros pasos.
Un abrazo.
Un abrazo.
Si cualquier día os dijera que he perdido las ganas de vivir, ¡No os preocupéis!. Comprendedme, que al decirlo, no disminuye en absoluto el amor que os tenido. Para vosotros siempre he deseado lo mejor y me he enforzado para que el mundo fuera mejor, más confortable y más encantador.
Seguirá... Hasta luego.
Un abrazo.
Seguirá... Hasta luego.
Un abrazo.