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La tia Fausta era una señora mayor que vivía con un sobrina suya llamada Rafaela. Tenían un molinero que se llamaba Luis "el majanillo" que quizá fuese natural de Maján pues vino a vivir con su madre a la que llamaban la tia majana. Cuando se casó con Celsa, al marchar fuera, su puesto fue ocupado por Juliá Carreras. Al abandonar la molienda, Julián, el molino ya sin su dueña, dio con sus huesos en tierra y se lleno de maleza, todo él. Hoy día es un montón de ruinas y la balsa del molino está cegada y hecha huerta.
Poca juventud conocerá ya su historia. El abuelo nos lo explica en su último libro. También él es el autor de la poesía que hemos visto.
Un abrazo
Poca juventud conocerá ya su historia. El abuelo nos lo explica en su último libro. También él es el autor de la poesía que hemos visto.
Un abrazo