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DEZA: Ayer, a propósito, del artículo de Ángel Almazán de...

Seguimos con Ángel Almazán de Gracia que escribía esto en 1995, con relación a Deza.

PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

Este templo -se refiere a la parroquial de Deza- es hoy el mejor exponente del patrimonio histórico-artístico de Deza puesto que de la muralla queda poco, como sucede con su castillo transformado en la casa fuerte conocida ahora como La Fortaleza, que contaba con un pasadizo que culminaba en la nave colateral del Evangelio de la parroquia y que fue derribado en el s. XVI, si bien el Duque de Medinaceli quiso reconstruirlo, en 1584, aunque nada queda de él hoy día, sino leyendas. Es posible que fuera derruido al construirse las dos capillas del siglo XVIII, según J. Mª Martínez Frías. Un subterráneo parecido unía al castillo de Cihuela con su parroquial que, al igual que la de Adradas, tiene un recinto almenado, he leído en el Nomenclator de Blasco, aunque parece que es más una leyenda.
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La parroquial de Deza es austera por fuera y esplendorosa en su interior. "Constituye por su amplitud, elegancia y excelente construcción, uno de los más bellos exponentes en tierras sorianas del tipo de iglesia de planta de salón o Hallenkirche", afima J. Mª Martínez Frías. Sus naves están totalmente abovedadas al estilo gótico. Los pilares son cilíndricos y "al igual que en Berlanga de Duero y en San Pedro, de Soria, se enjarzan nítidamente los haces de nervios de las bóvedas". Su órgano restaurado por J. Ignacio Palacios, es magnífico y todos los años, en la fiesta del Santo Cristo del Consuelo, acude fielmente a tocarlo. La imagen de este Cristo se encuentra en la capilla renacentista de su nombre. Su culto es muy popular y antiguo: hay un encierro el 15 de septiembre y al día siguiente se vende la carne de los dos toros, se subastan sus despojos y tiene lugar la Comida del Toro del Santo Cristo de Deza. Y por cierto que en el pequeño pedestal de los basamentos de los pilares de la parroquia figuran dos toros en cada uno de ellos.
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(continuación)
Es de destacar también la minúscula ermita de san Antonio de Padua. Tiene un aire andaluz sorprendente. La he visitado parándome primero a beber agua en la Fuente Vieja. Eusebia Mateo, descendiente de la familia Almazán de alfareros, que desde Tajueco se asentaron en Deza a comienzos del siglo XX para regresar luego a Boos tiempo después, me abre la puerta para que pueda admirar la alucinante lámpara polícroma de cerámica y los frescos hechos por Pedro Almazán Remartínez. [Hemos hablado de ellos y de Tajueco, mi pueblo. Y me he emocionado, ¡que quieres que le diga! Sobre ellos escribí hace unos años en la Guía de la Artesanía de Soria, donde explicaba que supieron conferirle unas líneas alargadas y curvilíneas muy decorativas a diversas piezas, y que su color blanco se lograba al arrojar sal durante su cochura, en los hornos] (1)
Paréntesis del autor, Ángel Almazán, obviamente.
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La ermita se encuentra en el barrio nuevo de las Atarazanas. Su entorno vale la pena ser recorrido a pie y la panorámica que desde allí se divisa es magnífica. Me he despedido de Eusebia y he regresado al Palacio de los Finojosa para encaminarme hacia el parque público siguiendo contracorriente el minúsculo canal que encauza el agua cristalina que nace doscientos metros más al norte, debajo del Peñón, que abastece a las piscinas municipales. El agua de este manantial termal, como el de otras, está ligado al de los balnearios de la cercana Alhama de Aragón y su temperatura es agradable, y el agua que sale por los grifos de las casas es abundante en flúor, como la de Barahona. Unos vecinos me dicen allí que, en temporada, las almendras y manzanas reinetas de Deza son formidables y así lo anoto en mi agenda.
También me cuentan que hay una piedra triangular en el límite de los obispados de Osma, Sigüenza y Tarazona, sobre la que se sentaban prelados de estas diócesis pudiendo así conversar sin salir ninguno de su jurisdicción.
Abandono Deza con el corazón encogido y esperando el momento de regresar con más tiempo."

Ayer, a propósito, del artículo de Ángel Almazán de Gracia sobre Deza -al César...- surgió el nombre de Alhama de Aragón. No hace mucho, alguien de los que se las dan de sabihondos, me quiso corregir, pues consideraba que Alhama de Granada era una exclusividad andaluza, a lo que le respondí que nones, uno que es alumno de lo mucho y maestro de lo poco, sin falsa modestia. Ya como curiosidad, voy a aprovechar la ocasión para comentar sucintamente algo sobre nuestras "Alhama".
El topónimo Alhama nos lleva inevitablemente al agua, las fuentes termales o los baños. En España tenemos cuatro poblaciones con este nombre: Alhama de Almería, Alhama de Aragón (Zaragoza), Alhama de Granada y Alhama de Murcia. Todas, como no podía ser de otra forma ligadas al agua.
A ellas habría que añadir los ríos del mismo nombre:
Existen varios ríos con este nombre:
El río Alhama, afluente del río Fardes, en la Provincia de Granada; el río Alhama, también conocido como río Merchán, que pasa por la localidad de Alhama de Granada y nuestro río Alhama, afluente del Ebro, que pasa por Navarra y La Rioja.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
El nombre de Alhama, derivado del árabe, con significado los baños, como adelantamos en el anterior mensaje, puede referirse a varios lugares de España:
ALHAMA DE ALMERÍA
Situada en el valle del Andarax, este pueblo rico en agua se ha conocido como Alhama la Seca, Alhama de Salmerón o Alhama de Almería.
El nombre de Alhama viene del árabe "alhamman" que se traduce por "agua sagrada", lo que da a entender la relevancia que tuvo el llamado hoy día Balneario de San Nicolás que aún se conserva.