A pesar de los pesares, sinsabores, gozos y satisfacciones, si te es posible aprovecha la oportunidad y búscate un huerto. Si vivieras en Deza, cultivar una pequeña parcelilla con toda el agua del mundo es lo más fácil de alcanzar: Y es que la mayoría de los huertos están abandonados a su suerte por falta de manos. Manos que muchas veces son de gente jubilada que no tiene otra cosa que hacer que esperar a que el tiempo vaya pasando. ¡Y cómo pasa el bandido...!
Un abrazo.
Un abrazo.