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DEZA: ¡Ojo...! Hay que pensar que mi huerto no tiene tapia...

Buenas noches amigos: Esta fotografía nos muestra la entrada a una huerta. Vemos que el paso del acceso se puede cerrar con una puerta en la cual se ve un tranco que es el que interrumpe el camino, del amigo de lo ajeno y solamente lo deja libre al amo de la llave. El tranco o mejor dicho, la tranca que sería lo correcto es una cerradura muy antigua y poco segura, por su simplicidad. Era fácil de abrir la puerta puesto que es factible hacer una copia. Ahora ya no está en uso y tampoco se necesita puesto que las huertas están casi todas abandonadas en nuestro pueblo.

Un abrazo.

Al hablar de huertas puede salir a colación en que se diferencia una huerta de un huerto. Algunas veces, en mi infancia, oí decir alguno de mis vecinos que iban a cavar su huerto y a otros su huerta. En realidad ambos, huerto y huerta, eran semejantes.
Me gustaría saber que opináis sobre este asunto.

Un abrazo.

Hay quien es partidario y piensa que una huerta tiene mayor extensión que un huerto. Yo siempre creí que la huerta era mayor; pero hay quien defiende que es indiferente llamarlos de una manera u otra. Yo creo que a pesar de los pesares, hay diferencias importantes. Porque llevarse una al huerto, suena un poco fuerte y todos pensamos que allí habrá algo verde entre dos, además de las lechugas los guisantes. En cambo si llevas alguna a la huerta, es a la mujer para que te ayude a quitar la hierba o te cave los tomates. La diferencia como vemos es astronómica.

Un abrazo.

Yo erre que erre con el huerto. Otros escogen otros temas; pero es que a mí, me va este. He pensado y retrocedido mucho en el tiempo y creo que” llevarla al huerto” siempre ha traído malas consecuencias. Retrocedamos mucmo, mucho, mucho en la historia y nos lleguemos hasta el "huerto" de Adán. Allí solo se le ocurrió a nuestro padre llevarse a nuestra madre Eva a su huerto, el Paraíso Terrenal. Todos sabemos las consecuencias. Si la hubiese dejado en casa haciendo la comida, no hubiese pasado lo que pasó.

Un abrazo.

A mi no me gusta llevar la mujer al huerto. Me refiero a la mía propia. Y no me gusta porque todo lo encuentra mal: que si aquello no esta derecho, que si lo otro tiene hierba, que si parece que las plantas tienen sed... Que pesadota se pone. Pero pasa otra cosa: Cuando hace tiempo que no viene, siempre me recomienda que le riegue aquella planta que tiene en su macetita, que si he abonado aquella otra, que si ya nacen las judías etc. Al final no sé lo que es
peor; si llevarla o si dejarla.

Un abrazo.

¡Ojo...! Hay que pensar que mi huerto no tiene tapia ni puerta con tranco. De haberlos, otro gallo cantara, que decía aquel. Y es que la ocasión hace el pecado pues el diablo es muy enredador. Si, lo contaba aquel que cayó en la tentación y se la cargó.

Un abrazo.