VICENTE MOLINA
Vicente Molina hace unos años era el párroco de Deza. Desconozco si es el actual titular de la parroquia del pueblo rayano. Además de sacerdote, Vicente es escultor y pintor, y hace unos años colaboró con sus obras en la exposiciòn de arte religioso contemporáneo titulada "En la estela de la luz" que, tomando como referencia al Obispo San Martín de Finojosa, natural de Deza, tuvo lugar en el Palacio Episcopal de El Burgo de Osma (Soria). Corría el año 2002 y se celebraba el Centenario de la Diócesis y el IX Centenario del Císter. Este párroco es autor de las exposiciones "La realidad de lo invisible", "Deza en la ruta de los Finojosa" y "Arte y Palabra".
Vicente Molina hace unos años era el párroco de Deza. Desconozco si es el actual titular de la parroquia del pueblo rayano. Además de sacerdote, Vicente es escultor y pintor, y hace unos años colaboró con sus obras en la exposiciòn de arte religioso contemporáneo titulada "En la estela de la luz" que, tomando como referencia al Obispo San Martín de Finojosa, natural de Deza, tuvo lugar en el Palacio Episcopal de El Burgo de Osma (Soria). Corría el año 2002 y se celebraba el Centenario de la Diócesis y el IX Centenario del Císter. Este párroco es autor de las exposiciones "La realidad de lo invisible", "Deza en la ruta de los Finojosa" y "Arte y Palabra".
VICENTE MOLINA
Vicente Molina nació en Madrid en el año 1956, y desde muy joven, casi desde la infancia, sintió una fuerte inclinación por la pintura. Gracias a ella comienza a descubrir un mundo nuevo de creatividad y sensibilidad. Su vocaciòn artística le lleva a frecuentar los ámbitos artísticos del momento y se va formando en diferentes escuelas. Será el escultor Venancio Blanco, con quien trabaja durante dos años, quien le introduzca en el arte de la escultura.
Con 21 años recibe un premio nacional de pintura en el 48º Salón de otoño de la Villa de Madrid. Su obra llega al conocimiento de Juana Mordó quien admite a Vicente, como futura promesa, en su propia galería de arte.
Vicente Molina nació en Madrid en el año 1956, y desde muy joven, casi desde la infancia, sintió una fuerte inclinación por la pintura. Gracias a ella comienza a descubrir un mundo nuevo de creatividad y sensibilidad. Su vocaciòn artística le lleva a frecuentar los ámbitos artísticos del momento y se va formando en diferentes escuelas. Será el escultor Venancio Blanco, con quien trabaja durante dos años, quien le introduzca en el arte de la escultura.
Con 21 años recibe un premio nacional de pintura en el 48º Salón de otoño de la Villa de Madrid. Su obra llega al conocimiento de Juana Mordó quien admite a Vicente, como futura promesa, en su propia galería de arte.