Con motivo de la colocación del
árbol se han cometido, y supongo que se siguen cometiendo, verdaderas atrocidades ecológicas. En la ciudad donde vivo hasta tuvo que intervenir la guardia civil hace unos años porque los desaprensivos, en vez de ponerlo de plástico o
comprar los que la Agencia de Medio Ambiente ponía a disposición de los ciudadanos, aunque puede que fueran gratis, no sé, se dedicaban a cortar los ejemplares jóvenes del
monte. Tratarlos de energúmenos sería generoso, por lo poco.
Un
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