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JULIÁN MARÏAS Y LA SOCIEDAD SORIANA -. En el libro de memorias: “ Una vida presente “ de Julián Marías explica su vínculo con Soria. Fue José Tudela de la Orden, coautor con Blas Taracena de “Guía de Soria y su provincia “, quien le recomendó que Soria era una ciudad fresca, con un clima muy propicio para la enfermedad de su primer hijo Julianín. Fué en el verano de 1.946 cuando el matrimonio llegó a Soria. Poco después sufrieron la pérdida de Julianín. Verano tras verano, el matrimonio alquilaba un amplio piso en EL Collado desde cuyo balcón divisaba la realidad soriana que dió origen a su artículo:” El Mirador “ donde describía la vida de la ciudad. En sus viajes por la provincia, Calatañazor le inspiró el artículo:”Viaje al año mil”. Al morir su mujer Dª Dolores Franco de Marías, “Lolita “ para él, (a quien consultaba todo lo que escribía) y “ Dª Lola “, para Encarna, (la hermana de mi patrona y asistenta por horas de ella, por quien pude comprobar el inmenso amor y cariño a lo soriano, comparable al mío por mi pueblo), Don Julíán hizo un doloroso paréntesis y años después algún final de verano volvía a Soria a casa de sus amigos Heliodoro Carpintero y Emilio Ruiz.. Hace unos años, antes de su muerte, estuvo en Soria y se vió obligado a internarse en la Residencia de la S: S “Santa Bárbara “. Al salir de ella, en la tercera página de ABC escribía un artículo cuyo título no recuerdo, dando las gracias al personal que lo había atendido y como veía a Soria en aquella época y es el motivo de esta participación. La sinopsis ó exposición general de ese artículo en sus líneas esenciales, que guardo en mi mente era que el nivel de vida actual de Soria había aumentado increíblemente respecto de los tiempos de su veraneo, pero de una forma relativa respecto del resto de Europa. En Soria había calidad de vida y posibilidades. Era importante que los proyectos fueran superiores a los recursos. Si sucede lo contrario, se puede engendrar tedio, inercia y aburrimiento. Había que vigilar el nivel de proyectos y la deficiencia de la imaginación. Para él, cuando se habla de “países ricos “, lo son porque todos sus ciudadanos llevan siglos trabajando de una manera inteligente y ordenada. La idea de riqueza es buena, se debe cultivar, a condición de que no sea sólo económica, sino vital, que entendamos el sentido de la vida y su profundidad, porque cuando surjan proyectos institucionales e iniciativas personales atractivas, todos nos beneficiamos. ¡Con que clarividencia, Marías veía la realidad soriana! Esta participación la escribo en estas fechas en recuerdo de la siguiente anécdota: En una comida de unas fiestas navideñas, según Encarna sobró sidra y Dª Lola, todo corazón, dijo: “Esta sidra, para Encarnación, (que así le llamaba)”. Y Don Julián susurró:” Si se la bebe toda, mañana me llama de tú”. Clarividente. Ojalá todos los sorianos y españoles supiéramos captar el mensaje de Marías. Gracias Don Julián y Dº Lola, por los cursos impartidos en los veranos sorianos, sin apenas recursos económicos, donde invitaban a ilustres intelectuales de la época, como Lafuente Ferrari, José Manuel Blecua (padre) y un numeroso grupo intelectuales de primera fila, que ahora no recuerdo. Es tal el aprecio y el cariño que tengo a Dº Lola, sin haberla conocido, por su acendrado sorianismo, que cuando cruzo las calles Julián Marías, Clemente Saénz Garcia y Teógenes Ortego que van de la Residenciia de la S. S. al Hospital Institucional y que para mi desgracia tantas veces he recorrido estos últimos años, que pido otra calle anexa para Dª Lola. Una mente tan lúcida como la de su esposo se sacrificó por éste y sus hijos. Los nietos de su primer hijo Miguel llevan sangre soriana. El equipo de Javier es el C. D. Numancia. Ambos de niños, con Fernando y Alvaro respiraron aire puro de la Dehesa, como su tío, el director Odón Alonso, en la preciosa villa pinariega de Vinuesa. Vuelvo a repetir: Ojalá todos los sorianos y españoles supiéramos captar el mensaje de Marías. Saludos. Lacalle Mediavilla
Su hijo Javier no ha perdido contacto con Soria. Aunque parezca distante es una persona muy afable y educada.