El otro día citaba la ley de “acción y reacción” en referencia a la imposición de ideas, que impide que cada individuo ejerza su derecho a pensar, de manera libre y civilizada, así como la reacción que en algunos provoca. Hoy voy a hacer mención a otra ley física: “Los vasos comunicantes”. Cada día estoy más convencido de que las leyes físicas tienen un comportamiento que puede servir de base para cuestiones de otra índole, o lo que es lo mismo, en la naturaleza todo está concatenado. Sabemos que existen personas con diversas carencias, que deben ser ayudadas por otras mejor dotadas. Éstas vierten sus excedentes hacia aquéllas, de manera que el difícil equilibrio se establezca. Habréis oído en ocasiones que hay personas que roban energía de aquellas otras que se comportan como “fuentes de luz”, verdaderos faros que “se sacrifican” en favor de los más desvalidos. De hecho la sociedad actual trata de ayudar a los más débiles (minusválidos, ancianos, parados...) a fin de equilibrar, en lo posible, las grandes diferencias de recursos físicos y económicos. No se trata de hacer favores, sino de desarrollar un sentido ético y solidario: mucho más humano. Hoy comentaba mi fisioterapeuta que en el cuerpo humano, sucede exactamente igual. Hay zonas cargadas de energía, mientras que en otras existen carencias, que provocan enfermedades. El trabajo de estos profesionales, reside en evitar esas interrupciones que, en forma de nódulos u otro tipo de barreras, impiden que los canales energéticos queden expeditos para la libre circulación, como sucede en los vasos comunicantes.
Un abrazo
Un abrazo