Lo cierto es que, lo que ahora se hace en cuatro pasadas con un tractor, con la máquina sulfatadora, entonces daba faena a grandes y chicos durante casi toda la primavera.
Los operarios llamados escardadores, a veces, formaban cuadrillas compuestas de chicos y chicas con ganas de juerga, que mientras hacían la faena se contaban chistes y chascarrillos e historietas presentes y pasadas. Allí no se libraba nadie de la crítica. De algunas de estas algarabías salieron noviazgos una veces apañados y otras por la ocasión del encuentro.
Un abrazo.
Los operarios llamados escardadores, a veces, formaban cuadrillas compuestas de chicos y chicas con ganas de juerga, que mientras hacían la faena se contaban chistes y chascarrillos e historietas presentes y pasadas. Allí no se libraba nadie de la crítica. De algunas de estas algarabías salieron noviazgos una veces apañados y otras por la ocasión del encuentro.
Un abrazo.
Naturalmente también había quien llevaba a su mujer y sus hijos; lo hacían en familia. En este caso era el padre el que entretenía a los suyos animándolos a darse prisa y así posiblemente poder encontrar algún nido de pajarillo, codorniz o de perdiz. A los chicos no alegraba mucho encontrar alguno, de lo que fuese y mas si los pajarillos estaban en pelo bueno al tratarse de algún triguero o cucuruzada. Así te los podías llevar a casa y verlos vivos dos o tres días que aguantaban en ayunas. Era imposible alimentarlos adecuadamente.
Un abrazo.
Un abrazo.