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DEZA: La evolución...

El simbolismo
La hipótesis más extendida es que el origen de Olentzero es anterior a la cristianización del País Vasco y que, como indica Claude Labat "el personaje del Olentzero debe ser ubicado dentro de las celebraciones del solsticio de invierno".
Hay constancia de la existencia en el territorio vasco de la conmemoración del solsticio de invierno y el renacimiento de la naturaleza y del sol. En esta línea, el aspecto desarrapado, descuidado y viejo del personaje simbolizaría el tiempo pasado y su quema, manera habitual en la que terminaba el pasacalles del día de Nochebuena, representa la destrucción de toda relación con el "tiempo viejo" y el recibimiento de un nuevo tiempo. El paso de un tiempo que ya muere a uno renovado y lleno de vida, en palabras de J. M. Satrústegui, "supone dejar el camino libre al año que llega".
Esta hipótesis esta relacionada con costumbres locales similares. En Álava, Navarra, La Rioja y la comarca burgalesa de La Bureba el día anterior de Nochevieja viene un hombre que tiene "tantos ojos" como días del año y el día de Nochevieja "tantas narices" como días del año. En Larráun denominan al Olentzaro "el hombre de los 366 ojos".
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El cristianismo adaptó las costumbres locales anteriores a sus nuevas creencias. El personaje del Olentzaro se habría convertido en el anunciador de la noticia del nacimiento de Jesús (como también lo hicieron los gentiles, que coinciden con el Olentzero en el tipo de vida aislado que mantienen). Se dota al personaje de un significado cristiano y hogareño acorde con las enseñanzas de la iglesia católica. La comparación con el universal Papá Noel, en particular en el País Vasco Francés, fue inevitable.
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La evolución
Desde la representación del "tiempo viejo" hasta la actual encarnación del bonachón carbonero que hace regalos a los niños se ha producido una evolución muy profunda. La mayor parte de la misma se ha realizado en la última parte del siglo XX.
El personaje de leyendas relacionadas con el sincretismo entre la mitología vasca y las tradiciones cristianas locales: un gigante o jentil que se convierte al cristianismo, da paso a las versiones más modernas de un carbonero que vivía en el monte y al que no le gustaban nada los niños. Cuando bajaba al pueblo a vender el carbón los niños se escondían de él. En el siglo XX la figura de Olentzaro incorporó elementos de las tradiciones de Papá Noel-Santa Claus, de los Reyes Magos y del Niño Jesús convirtiéndose en un personaje que el día de Navidad trae regalos a los niños.
Su historia se ha enriquecido con relatos e iconografía contemporánea. Unas versiones inciden más en los aspectos cristianos de su historia; otras eliminan los aspectos religiosos, pero conservan los mágicos, y otras suprimen todos los aspectos sobrenaturales de su historia, de forma que puede ser seguido por otras religiones e incluso por ateos. Hay versiones que lo convierten en un embajador de buena voluntad y espiritualidad, mientras la publicidad comercial incide en el aspecto de los regalos materiales. Además, algunos grupos inciden en los aspectos de la nacionalidad y la cultura vasca de la tradición, mientras otros los evitan. La versión tradicional lo suele presentar sucio, y fumando en pipa, aunque muchas veces, especialmente para el comercio, se crean muñecos de Olentzero limpios y sin tabaco. Hay quien lo considera una figura burlesca, y otros, venerable. Así la canción tradicional del Olentzero, que en muchas versiones lo describe como entendimendu gabea ("sin entendimiento"), en otras versiones lo proclama entendimentuz jantzia (" (re) vestido de entendimiento").
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Nombres y etimología
La denominación más común de este personaje es la de Olentzero tal y como se utiliza en Guipúzcoa. En Navarra recibe las denominaciones de Olentzaro, Orantzaro (en la zona de Beruete y Leiza) y Onontzaro en la zona de Larráun.
Dependiendo de la localidad hay distintas variantes de este nombre: "Olentzaro" (Orexa, Lesaka y Araki), "Olentzero" (Bera, Irun, Oiartzun y Donostia), "Orentzaro" (Zarautz), "Onentzaro" (Andoáin), u "Orantzaro" (Berastegi y Larraun).
Sobre la etimología ... (ver texto completo)