Aunque sea a estas horas, quiero echar mi cuarto a espadas. Cuando hay personas que afirman, muchas veces bajo los efectos de la emoción y del dolor, que los asesinos tienen más derechos que las víctimas, no tardan en surgir la respuesta de personas bien pensadas (y otras que no lo son) apelando que si al estado de derecho, que si a la justicia, que si al sentido de la ley o términos parecidos y tildando a sus autores poco menos que de errados cuando no de demagogos o reaccionarios.
A todos los que se les llena la boca con los derechos de los asesinos a cumplir las penas cerca de su tierra les ha contestado muy bien esta madre desde la serenidad.
El acercamiento de estos padres, hermanos, novias o hijos a sus muertos sólo puede ser espiritual, pero nunca más será físico. Están tan lejos que quizás no les lleguen las reivindicaciones de los familiares de los que disparan por la espalda.
Saludos.
A todos los que se les llena la boca con los derechos de los asesinos a cumplir las penas cerca de su tierra les ha contestado muy bien esta madre desde la serenidad.
El acercamiento de estos padres, hermanos, novias o hijos a sus muertos sólo puede ser espiritual, pero nunca más será físico. Están tan lejos que quizás no les lleguen las reivindicaciones de los familiares de los que disparan por la espalda.
Saludos.