Cuando de niño y joven vivía en Soria se cumplía el refrán de "Por San Blas, la cigüeña verás" casi con total precisión cronológica, al decir de los mayores. Se posaban en diversos puntos de la capital: la iglesia del Carmen, la de El Salvador, en la torre del palacio de los Condes de Gómara... y emigraban todos los años hasta el año siguiente. Ahora, según me dicen algunos residentes en la capital, estas simpáticas aves han cambiado los hábitos, probablemente desorientadas con el cambio climático, y vienen antes o no se van. Esto del cambio climático, catastrofismos aparte, parece que va en serio a juzgar por el tiempo loco que origina situaciones como el tornado de Málaga del domingo pasado, inusual por esas latitudes y más propio del Caribe.