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DEZA: Buen día os deseo a todos....

Los gallos y la perdiz.

Un hombre que tenía dos gallos, compró una perdiz doméstica y la llevo al corral junto con ellos para alimentarla. Pero estos la atacaban y la perseguían, y la perdiz, pensando que lo hacían por ser de distinta especie, se sentía humillada.
Pero días más tarde vio cómo los gallos se peleaban entre ellos, y que cada vez que se separaban, estaban cubiertos de sangre. Entonces se dijo a sí misma:

- Ya no me quejo de que los gallos me maltraten, pues he visto que ni aun entre ellos mismos están en paz.

Si llegas a una comunidad donde los vecinos no viven en paz, ten por seguro que tampoco te dejaran vivir en paz a tí.

Un abrazo.

En nuestra misma provincia de Soria hay una granja de perdices. La granja se encuentra ubicada en Ontalvilla de Valcorba, un pequeño pueblo de la provincia de Soria, a una altitud de 1.028 m., soportando un clima extremo; lo que hace que las perdices se adapten perfectamente a las condiciones más adversas.

La pureza de raza, así como su aislamiento, hace que hace que estas perdices mantengan intacto su instinto salvaje.

Una buena noticia de nuestra tierra.

Un abrazo.

La caza de la perdiz.

La caza de la perdiz siampre la he realizado en compañía de mi padre; pero nos resultaba demasiado pesada porque en aquellos tiempos en los que yo era un chaval, las perdices eran muy bravas, aparte de que estaban muy escopeteadas y nos llevaban de cerro en cerro. Cuando nosotros llegábamos a donde habían volado, ellas estaban descansadas para volar de nuevo y nosotros, cansados de caminar. Unicamente caía alguna que salía cuando ibas caminando por monte bajo. Daba gusto ver como caían dando vueltas o bien plegando las alas, alicaídas. Y como el perro las encontraba en pocos segundos, tanto si estaban muertas como si huían heridas de ala, que seguían corriendo como fantasmas intantando esconderse.

Hoy en día muchos de los cotos en donde se caza la perdiz, está repoblados con pájaros de granja; pero para conseguir poblaciones de perdiz aptas para el ejercicio de la caza, se deben realizar gestiones racionales del coto que aúne los intereses y exigencias cinegéticas con las medio ambientales.

Y es que desde sectores extremadamente opuestos al mundo cinegético, se intenta trasladar a la sociedad la incompatibilidad entre el medio ambiente y la caza. Pero existe, por otra parte, la tendencia a que ambas posturas cinegéticas (la "ecológica" y la tradicional) se pongan de acuerdo en denostar la caza de poblaciones de perdiz "reforzadas" con perdices procedentes de granjas cinegéticas.
Esto último, la introducción en los campos de animales criados en granjas, siempre ha supuesto un tema de especial polémica. No son pocos los cotos, sociedades de cazadores y especialistas en gestión cinegética, que se muestran en total desacuerdo con los refuerzos o las repoblaciones con perdiz "de granja", tildándolas despectivamente como "perdices de plástico".

Un abrazo.

Buen día os deseo a todos.
Por Burgos viento y agua.
Es curioso que siempre de las lecturas de Deza me vienen a la mente algunos de mis recuerdos.
Por ello aqui os dejo una pequeña historia.
En el pueblo de donde yo vengo siempre hubo coto. Era una forma de ingreso para las arcas de La Junta Vecinal. El coto siempre lo cogian gentes del pais vasco, el tiempo por el cual acotaban, no sé muy bien, pero sé que eran bastantes años.
En una ocasión vinieron unos cazadores, (que el año anterior se les habia dado muy mal la faena) y le preguntarón a mi hermano que por donde andaba ese año la caza. Mi hermeno les dijo: "por aqui... por alla". Y efectivamente aquella buena gente se fue muy contenta para su tierra. Y a mi hermano, como gente de buen caracte, le invitaron a comer. Desde aquel día, hasta hoy, mantienen una muy buena relación.
Cosas de la vida.
Un saludo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Buenos días amiga Las Matas: Yo te puedo contar también historias como la que tu cuentas. Cuando empezaban a llegar a los pueblos gente de fuera a cazar, nadie les miraba con recelo. Si venía un autobus de Barcelona, se juntaban a ellos los cazadores del pueblo y los acompañaban por los lugares donde mejor se daba la caza y mataban todo lo que salía. La compensación, era generalmente una caja de cartuchos. Recuerdo que a uno del pueblo le salió una liebre un poco larga y no le tiró. Entonces uno ... (ver texto completo)