Os voy a contar creencias que había en nuestra provincia, relacionadas con la mejora de la salud de las personas.
En Ágreda tenían remedios para curar verrugas, almorranas, orzuelos y rijas en los ojos.
Si se trataba de verrugas, se contaban las verrugas del afectado y alguien recogía el mismo número de semillas de sabina y las escondía en algún lugar por donde el susodicho tenía que pasar todos los días. A medida que se iban secando las semillas, lo hacían igualmente las verrugas. Esta por lo menos era la creencia.
En nuestro pueblo se ataban con un hilo fuertemente, hasta que se secaban. Otro procedimiento era darte saliva en ayunas cada día hasta desaparecer. Otro invento era darte leche de la planta lechinterna y adiós muy buenas. La más original era una fórmula que usaba la tía tejera: Eran unas oraciones muy efectivas, pues a una vecina mía se las quitó radicalmente con una sencilla plegaria que ella sol sabía. Os lo aseguro.
Un abrazo.
En Ágreda tenían remedios para curar verrugas, almorranas, orzuelos y rijas en los ojos.
Si se trataba de verrugas, se contaban las verrugas del afectado y alguien recogía el mismo número de semillas de sabina y las escondía en algún lugar por donde el susodicho tenía que pasar todos los días. A medida que se iban secando las semillas, lo hacían igualmente las verrugas. Esta por lo menos era la creencia.
En nuestro pueblo se ataban con un hilo fuertemente, hasta que se secaban. Otro procedimiento era darte saliva en ayunas cada día hasta desaparecer. Otro invento era darte leche de la planta lechinterna y adiós muy buenas. La más original era una fórmula que usaba la tía tejera: Eran unas oraciones muy efectivas, pues a una vecina mía se las quitó radicalmente con una sencilla plegaria que ella sol sabía. Os lo aseguro.
Un abrazo.