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DEZA: La zorra y la cigüeña....

La zorra y la cigüeña.

Sintiéndose un día muy generosa, invitó doña zorra a cenar a doña cigüeña. La comida fue breve y sin mayores preparativos. La astuta raposa, por su mejor menú, tenía un caldo ralo, pues vivía pobremente, y se lo presentó a la cigüeña servido en un plato poco profundo. Esta no pudo probar ni un sólo sorbo, debido a su largo pico. La zorra en cambio, lo lamió todo en un instante.

Para vengarse de esa burla, decidió la cigüeña invitar a doña zorra.

- Encantada - dijo -, yo no soy protocolaria con mis amistades.

Llegada la hora corrió a casa de la cigüeña, encontrando la cena servida y con un apetito del que nunca están escasas las señoras zorras. El olorcito de la carne, partida en finos pedazos, la entusiasmó aún más. Pero para su desdicha, la encontró servida en una copa de cuello alto y de estrecha boca, por el cual pasaba perfectamente el pico de doña cigüeña, pero el hocico de doña zorra, como era de mayor medida, no alcanzó a tocar nada, ni con la punta de la lengua. Así, doña zorra tuvo que marcharse en ayunas, toda avergonzada y engañada, con las orejas gachas y apretando su cola.

Para vosotros escribo, embusteros: ¡Esperad la misma suerte!

No engañes a otros, pues bien conocen tus debilidades y te harán pagar tu daño en la forma que más te afectará.

Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
La zorra y el león.

Había una vez un león que tenía hambre, y queriendo encontrar ocasión para comer, preguntó a la oveja cómo era su aliento. Y la oveja respondió la verdad, diciéndole que muy apestoso. El león, fingiéndose entonces ofendido, le dio un fuerte golpe en la cabeza y la mató diciéndole: - ¡Ahí va! porque no has sentido vergüenza de ofender a tu rey. ¡Ahora recibe eso!

Después preguntó el león lo mismo a la cabra, es decir, si su aliento olía bien. Y la cabra, viendo cuán mal lo ... (ver texto completo)