DEZA: El azor es un formidable cazador del bosque: persigue...

El azor.

El azor (Accipiter gentilis) es un ave rapaz perteneciente al orden falconiforme y dentro de esta a la familia Accipitridae. En España, su estado de conservación lo define como una especie de preocupación menor. Recibe también los nombres de azor común, azor septentrional, azor norteño y gavilán azor.

Un abrazo.

Es de tamaño mediano (mide entre 48 y 58 cm; bastante similar a un ratonero) y la forma de su cuerpo le asemeja a un gran gavilán o a un halcón, aunque la especie se encuentra realmente emparentada con las águilas. Su envergadura es de entre 100 y 120 cm, y como en todas las aves rapaces, el macho es de menor tamaño que la hembra.

Un abrazo.

El azor es un ave especializada en la caza de ecosistemas arbóreos; sus alas resultan cortas para su tamaño, y tienen los extremos redondeados; al mismo tiempo, su cola es proporcionalmente larga y barreada con 4 ó 5 franjas oscuras. Estas características le permiten una gran movilidad y capacidad de maniobra en un ambiente con mucha vegetación, y sus cortas alas impiden que choque contra la foresta del bosque de forma que es capaz de volar sin problemas en un ambiente denso. Estas características cigenéticas le dieron su valor desde la antigüedad como ave predilecta en cetrería para cazar en el bosque.

Un abrazo.

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Una característica del azor es que comparte con las águilas la forma de la cabeza y el pico, así como las garras, que son cortas, romas y muy fuertes, ya que el azor (al igual que las águilas) no mata a sus presas desnucándolas con el pico como hacen los verdaderos halcones, sino que lo hacen con la mera presión de sus garras.

Un abrazo.

El azor es un formidable cazador del bosque: persigue sus presas velozmente entre los árboles volando bajo con gran habilidad. Caza distintas especies de aves (cuervos, palomas, tordos, perdices, etc) y también pequeños mamíferos (conejos, liebres, ardillas, ratones, etc), así como lagartos e insectos. Acostumbra a cazar al acecho, posado en una atalaya o lugar privilegiado desde poder observar su territorio y localizar a sus posibles presas sin ser visto; una vez localizada, ataca siguiendo su ángulo muerto, normalmente desde abajo en el caso de un ave en vuelo, o a ras de suelo si su presa está en el suelo. Devora sus presas en el lugar donde las atrapó.

Un abrazo.