Estos chavalejos que vemos en la fotografía son José-Luis Sáez Palacín y su hermano Emeterio. Ha llovido mucho desde que se la hicieron. Ellos eran los chicos que más cerca tenían la escuela, de todos los niños del pueblo. Aunque cayesen nevadas de aúpa como aquellas de entonces, no podían poner ninguna excusa para faltar a clase. El maestro posiblemente tampoco pues vivía más cerca todavía. En eso estaban en desventaja con los alumnos de ahora pues según vemos en la tele, el día que caen dos dedos de nieve, se quedan millones de chiquillos en casa; eso sí, jugando y revolcándose en el blanco elemento como si fuese ositos de la Antártida.
Un abrazo
Un abrazo
Día 22 de diciembre de 2009. En la ciudad en que vivo cae una lluvia no muy fuerte, pero lluvia continua. Lluvia, sin viento, que permite desplazarse cubriéndose de ella con un paraguas. Ese día se da un caso que conozco, que puede parecer trivial, pero que guardfa relación con lo que comenta el abuelo. Resulta que un niño, como otros, falta a clase. A la vuelta de vacaciones, el maestro, cumpliendo con su deber, le pide el justificante de la ausencia. A los pocos días, manuscrito por la madre: "Mi hijo.... faltó a clase porque estaba lloviendo". No sé, si esta familia hubiese vivido en Galicia.
Toda una lección de responsabilidad de los padres de la criatura. Haciendo futuro.
Toda una lección de responsabilidad de los padres de la criatura. Haciendo futuro.