Hace decadas los chicos se peleaban por ser monaguillos, en algunas misas a las que yo he asistido últimamente los representantes de monaguillo han pasado la batuta las niñas. Pensando un poquillo, la verdad es que la última generación de niños en el pueblo es mayoritariamente chicas.
Un saludo y buen día.
Un saludo y buen día.
Amiga Las Matas: La palabra monaguillo quiere decir monjes pequeños. En Italia son conocidos como chierichetti o pequeños clérigos, en catalán escolans y en Alemania ministrantes.
Muchos niños hemos sido monaguillos en nuestros tiempos. Yo sigo siéndolo en la actualidad, aun cuando estoy rozando la edad de octogenario. Cualquier dezano te lo podrá decir.
Se decía en mis tiempos: “Si quieres un hijo pillo, lo metes a monaguillo”. De hecho los monaguillos son niños como los demás; pero como se les ve tanto, uno se fija en todos sus movimientos y gestos y resultan a veces muy simpáticos. Muchas veces se está más pendiente de ellos que del sacerdote.
En Deza para la Misa del Gallo, ayudaban como monaguillos los pastores, vestidos a su usanza, con zamarra, zurrón y albarcas. Como no tenían ni idea de lo que debían hacer, la gente se reía. Pero a Don Plácido no le gustaban las ocurrencias y se ponía serio con ellos. Después les daba una buena propina para que lo celebraran.
Ahora, desde el Vaticano, ponen pegas para que las chicas hagan de monaguillos y solamente las toleran si no hay chicos o los que hay no quieren serlo. Son otros tiempos.
Un abrazo.
Muchos niños hemos sido monaguillos en nuestros tiempos. Yo sigo siéndolo en la actualidad, aun cuando estoy rozando la edad de octogenario. Cualquier dezano te lo podrá decir.
Se decía en mis tiempos: “Si quieres un hijo pillo, lo metes a monaguillo”. De hecho los monaguillos son niños como los demás; pero como se les ve tanto, uno se fija en todos sus movimientos y gestos y resultan a veces muy simpáticos. Muchas veces se está más pendiente de ellos que del sacerdote.
En Deza para la Misa del Gallo, ayudaban como monaguillos los pastores, vestidos a su usanza, con zamarra, zurrón y albarcas. Como no tenían ni idea de lo que debían hacer, la gente se reía. Pero a Don Plácido no le gustaban las ocurrencias y se ponía serio con ellos. Después les daba una buena propina para que lo celebraran.
Ahora, desde el Vaticano, ponen pegas para que las chicas hagan de monaguillos y solamente las toleran si no hay chicos o los que hay no quieren serlo. Son otros tiempos.
Un abrazo.