Al igual que sus congéneres, las liebres ibéricas presentan unas extremidades posteriores muy desarrolladas, en las que destacan una mancha blanca en su parte posterior, están dotadas de unos músculos fuertes y poderosos que cuentan además con la peculiaridad de contener hemoglobina, lo que le da el característico color rojo oscuro a su carne, las orejas son muy largas con los extremos negros, tiene muy desarrollados el oído y el olfato, siendo la vista su peor sentido.. El pelaje es pardo amarillento en su parte dorsal, con tintes anaranjado en los flancos y blanco en la parte ventral.
Un abrazo.
Un abrazo.