¿Sabías que si echas una rana en un balde con agua caliente, tan pronto como la toca, salta fuera y en cambio si la pones en agua fría y la vas calentando poco a poco llega hasta morir escaldad y no se mueve...?
Un abrazo.
Un abrazo.
No lo sabia, pero ahora siiiii.
Un abrazo Abuelo.
Un abrazo Abuelo.
Hola Anita: Por aquí cantamos ya lo de la rana porque nos estamos volviendo como ellas. Otro día que lleva desde que ameneció lloviendo de valiente. ¡Que rico año de agua...! Los pantanos ya está llenos y soltando agua. Hacía muchos años que no veíamos llover tan a gusto. A mí me gusta mucho ver llover, lo mismo que me gusta ver a la gente que sea feliz.
Supongo que tendréis buen tiempo y que no haga mucho calor. Nosotros todavía tenemos la calefacción puesta a partir de las cinco de la tarde hasta que nos vamos a dormir; pero por la calle no hace frío excesivo y se puede aguantar bien.
Un abrazo.
Supongo que tendréis buen tiempo y que no haga mucho calor. Nosotros todavía tenemos la calefacción puesta a partir de las cinco de la tarde hasta que nos vamos a dormir; pero por la calle no hace frío excesivo y se puede aguantar bien.
Un abrazo.
El juego de la rana.
Juego de la rana (en España), juego de sapo (en Perú y Argentina) o simplemente rana (en Colombia) es un juego de lanzamiento de precisión múltiple, donde se intenta introducir un determinado número de fichas o discos de hierro ("tejos" en España) o de bronce (en Perú y Argentina) en los múltiples agujeros que existen en la mesa de la rana. Algunos de ellos tienen obstáculos que dificultan la precisión del lanzamiento. Las partidas se suelen celebrar a diez tiradas.
Un abrazo.
Juego de la rana (en España), juego de sapo (en Perú y Argentina) o simplemente rana (en Colombia) es un juego de lanzamiento de precisión múltiple, donde se intenta introducir un determinado número de fichas o discos de hierro ("tejos" en España) o de bronce (en Perú y Argentina) en los múltiples agujeros que existen en la mesa de la rana. Algunos de ellos tienen obstáculos que dificultan la precisión del lanzamiento. Las partidas se suelen celebrar a diez tiradas.
Un abrazo.
Fábula de la rana y el escorpión.
Esta es una fábula africana. Tiene un mensaje muy ambiguo pero igual es interesante. La fabula cuenta que una vez una rana se disponía a cruzar un río, cuando de repente se le acercó un escorpión que vivía por allí. La rana intento huir pero el escorpión le pidió que no lo hiciera y le suplico: Hermana rana, eseo cruzar este río, pero no puedo nadar ¡Por favor, pásame en tu espalda! Entonces la rana le respondió: No puedo hacerlo, ¿Como voy a saber que no me envenenarás con tu aguijón cuando crucemos la corriente? Al ver la negativa de la rana, el escorpión la persuadió, ¿No crees que si tuviese la intención de hacerte mi presa ya lo hubiese hecho? Además si te picara en medio del río, ambos nos ahogaríamos en el. Por favor hermana rana llévame en tu espalda. Te aseguro que nada te pasara. Al escuchar esto la rana se decidió a llevarlo. Pasados algunos instantes, cuando la rana y el escorpión estaban en mitad del trayecto, de pronto el escorpión le incrustó el aguijón a la rana. Cuando la rana sintió el veneno apoderándose de su cuerpo, exclamo: ¡Por qué lo has hecho desgraciado. Ahora moriremos juntos. Y el escorpión le respondió- Lo siento ranita; pero mi natural instinto es picar...
Un ab razo.
Esta es una fábula africana. Tiene un mensaje muy ambiguo pero igual es interesante. La fabula cuenta que una vez una rana se disponía a cruzar un río, cuando de repente se le acercó un escorpión que vivía por allí. La rana intento huir pero el escorpión le pidió que no lo hiciera y le suplico: Hermana rana, eseo cruzar este río, pero no puedo nadar ¡Por favor, pásame en tu espalda! Entonces la rana le respondió: No puedo hacerlo, ¿Como voy a saber que no me envenenarás con tu aguijón cuando crucemos la corriente? Al ver la negativa de la rana, el escorpión la persuadió, ¿No crees que si tuviese la intención de hacerte mi presa ya lo hubiese hecho? Además si te picara en medio del río, ambos nos ahogaríamos en el. Por favor hermana rana llévame en tu espalda. Te aseguro que nada te pasara. Al escuchar esto la rana se decidió a llevarlo. Pasados algunos instantes, cuando la rana y el escorpión estaban en mitad del trayecto, de pronto el escorpión le incrustó el aguijón a la rana. Cuando la rana sintió el veneno apoderándose de su cuerpo, exclamo: ¡Por qué lo has hecho desgraciado. Ahora moriremos juntos. Y el escorpión le respondió- Lo siento ranita; pero mi natural instinto es picar...
Un ab razo.
La moraleja de la historia es que de nada sirve obrar bien con quienes por su naturaleza sólo pueden devolverte el mal.
Un abrazo.
Un abrazo.
Las ranas y su Rey
Hace mucho, muchísimo tiempo, en los días en que el mundo era joven aún, la laguna que existía junto al bosque estaba llena de centenares de ranitas de piel goteada. Corno se habían cansado de su vida en la plácida laguna y ansiaban nuevas diversiones, se reunieron en consejo. Y, ruidosamente, pidieron a Júpiter que ¡es enviara un rey.
Como Júpiter sabía que eran unos animales estúpidos, sonrió al oir su petición y arrojó un leño a las plácidas aguas.
—He ahí vuestro rey -—dijo,
El chapoteo hizo huir con terror, hacia las riberas, a centenares de animalejos verdes. Durante un día y una noche se ocultaron bajo las grandes hojas de la plantas acuáticas que flotaban en la superficie de la laguna y no quisieran acercarse ni a diez saltos de su flamante monarca. Por fin, la más audaz atisbo desde su escondite. Luego, se acercó cautelosamente y observó al rey. Las demás se aventuraron, también, a salir y nadaron con precaución alrededor del leño flotante.
—Es un rey ridículo —dijo desdeñosamente una de las ranas.
Y cuando todas vieron que el leño nada hacía ni para ayudarlas ni para causarles dificultadas, empezaron a clamar de nuevo, de manera salvaje, para que les dieran otro rey.
Esta vez a Júpiter se le había acabado la paciencia.
— ¿Queréis un rey con más vida? —preguntó, severo—. ¡Ahí lo tenéis!
Y al cabo de un instante, llegó una enorme cigüeña, con una reluciente corona de oro y las fue devorando poco a poco hasta terminar con ellas
Un abrazo..
Hace mucho, muchísimo tiempo, en los días en que el mundo era joven aún, la laguna que existía junto al bosque estaba llena de centenares de ranitas de piel goteada. Corno se habían cansado de su vida en la plácida laguna y ansiaban nuevas diversiones, se reunieron en consejo. Y, ruidosamente, pidieron a Júpiter que ¡es enviara un rey.
Como Júpiter sabía que eran unos animales estúpidos, sonrió al oir su petición y arrojó un leño a las plácidas aguas.
—He ahí vuestro rey -—dijo,
El chapoteo hizo huir con terror, hacia las riberas, a centenares de animalejos verdes. Durante un día y una noche se ocultaron bajo las grandes hojas de la plantas acuáticas que flotaban en la superficie de la laguna y no quisieran acercarse ni a diez saltos de su flamante monarca. Por fin, la más audaz atisbo desde su escondite. Luego, se acercó cautelosamente y observó al rey. Las demás se aventuraron, también, a salir y nadaron con precaución alrededor del leño flotante.
—Es un rey ridículo —dijo desdeñosamente una de las ranas.
Y cuando todas vieron que el leño nada hacía ni para ayudarlas ni para causarles dificultadas, empezaron a clamar de nuevo, de manera salvaje, para que les dieran otro rey.
Esta vez a Júpiter se le había acabado la paciencia.
— ¿Queréis un rey con más vida? —preguntó, severo—. ¡Ahí lo tenéis!
Y al cabo de un instante, llegó una enorme cigüeña, con una reluciente corona de oro y las fue devorando poco a poco hasta terminar con ellas
Un abrazo..
La rana que quiso superar al buey.
Un viejo buey, en la pradera donde pacía, pisó una pequeña rana, aplastandola bajo su pesada pezuña. Los hermanos de la ranita corrieron despavoridos a la charca, para contar a su madre la desgracia que había sucedido.
- ¡Oh madre! ¡El buey era muy grane! -dijeron-. ¡Más grande que cualquier otra cosa que hayas visto!
- ¿Asi de grande? -preguntó la rana a sus pequeñuelos... Tomó aliento, retuvo el aire un instante y luego se hinchó como un gran globo.
Los redondos ojos de sus hijos se dilataron de asombro, pero dijeron:
- ¡Mas grande! ¡Mas grande! ¡El buey era mucho más grande!
- ¿No sería mas grande que esto! -dijo mamá rana, mientras se hinchaba por segunda vez.
- ¡Mucho, mucho mas...! -exclamaron ellos a coro.
- ¿Así de grande? -volvió a preguntar mamá rana... y se hinchó tanto que quedó amoratada por el esfuerzo.
- ¡Si, si! ¡Más grande todavia! -asintieron los pequeños.
La vieja y estupida rana, agraviada por sus respuestas, descansó un instante. Luego, tomando aliento profundamente de nuevo, se hinchó tanto que se oyó una repentina explosión, y la rana estalló como un globo.
- ¡Oh Dios mio! -dijeron las ranitas, consternadas-. ¿Por que habrá creido mamá que podía volverse del tamaño de un buey?
Un abrazo.
Un viejo buey, en la pradera donde pacía, pisó una pequeña rana, aplastandola bajo su pesada pezuña. Los hermanos de la ranita corrieron despavoridos a la charca, para contar a su madre la desgracia que había sucedido.
- ¡Oh madre! ¡El buey era muy grane! -dijeron-. ¡Más grande que cualquier otra cosa que hayas visto!
- ¿Asi de grande? -preguntó la rana a sus pequeñuelos... Tomó aliento, retuvo el aire un instante y luego se hinchó como un gran globo.
Los redondos ojos de sus hijos se dilataron de asombro, pero dijeron:
- ¡Mas grande! ¡Mas grande! ¡El buey era mucho más grande!
- ¿No sería mas grande que esto! -dijo mamá rana, mientras se hinchaba por segunda vez.
- ¡Mucho, mucho mas...! -exclamaron ellos a coro.
- ¿Así de grande? -volvió a preguntar mamá rana... y se hinchó tanto que quedó amoratada por el esfuerzo.
- ¡Si, si! ¡Más grande todavia! -asintieron los pequeños.
La vieja y estupida rana, agraviada por sus respuestas, descansó un instante. Luego, tomando aliento profundamente de nuevo, se hinchó tanto que se oyó una repentina explosión, y la rana estalló como un globo.
- ¡Oh Dios mio! -dijeron las ranitas, consternadas-. ¿Por que habrá creido mamá que podía volverse del tamaño de un buey?
Un abrazo.
Las ranas y los niños.
Como una lluvia de balas, las piedras caían con violencia sobre las pequeñas ranas que tomaban el sol sobre las hojas de los nenúfares que flotaban en el estanque. Los animalitos se sumergían rápidamente o se ocultaban en el barro, para huir de los terribles golpes. Pero los niños, empeñados en aquella travesura, arrojaban una piedra tras otra, y los proyectiles cruzaban los aires zumbando.
- ¡Deteneos! ¡Deteneos! -suplicó una de las ranas, mientras saltaba sobre un nenúfar, para eludir una piedra que volaba-. ¡Deteneos! ¡Nos estáis hiriendo! ¿No lo comprendéis?
Pero los niños seguían riéndose, dedicados en cuerpo y alma a aquella diversión.
El granjero, que apareció en aquel preciso instante, vio lo que sucedía y recogiendo un puñado de piedras, comenzó a apedrear a los niños, con tiros bien dirigidos. Cuando las piedras lastimaron sus desnudas piernas, se echaron a llorar de dolor y suplicaron al granjero que no les tirara más.
- ¿Por qué he de detenerme? -replicó él-. ¿Os habéis detenido vosotros cuando apedreabais a las ranas?
Luego hizo una pausa y agregó, sabiamente:
- ¡Ya lo veis! Lo que divierte a unos, puede causar dolor a otros.
Así pasa en la v ida muy a menudo. Tenemos que tenerlo en cuenta.
Un abrazo.
Un abrazo.
Como una lluvia de balas, las piedras caían con violencia sobre las pequeñas ranas que tomaban el sol sobre las hojas de los nenúfares que flotaban en el estanque. Los animalitos se sumergían rápidamente o se ocultaban en el barro, para huir de los terribles golpes. Pero los niños, empeñados en aquella travesura, arrojaban una piedra tras otra, y los proyectiles cruzaban los aires zumbando.
- ¡Deteneos! ¡Deteneos! -suplicó una de las ranas, mientras saltaba sobre un nenúfar, para eludir una piedra que volaba-. ¡Deteneos! ¡Nos estáis hiriendo! ¿No lo comprendéis?
Pero los niños seguían riéndose, dedicados en cuerpo y alma a aquella diversión.
El granjero, que apareció en aquel preciso instante, vio lo que sucedía y recogiendo un puñado de piedras, comenzó a apedrear a los niños, con tiros bien dirigidos. Cuando las piedras lastimaron sus desnudas piernas, se echaron a llorar de dolor y suplicaron al granjero que no les tirara más.
- ¿Por qué he de detenerme? -replicó él-. ¿Os habéis detenido vosotros cuando apedreabais a las ranas?
Luego hizo una pausa y agregó, sabiamente:
- ¡Ya lo veis! Lo que divierte a unos, puede causar dolor a otros.
Así pasa en la v ida muy a menudo. Tenemos que tenerlo en cuenta.
Un abrazo.
Un abrazo.
Y con esto despedimos s nuestra simpática rana.
Mitología y simbología.
En la mitología, la rana está relacionada con la resurrección. En la mitología egipcia era la diosa Herit que ayudó a Isis a recomponer el cuerpo destrozado de Osiris y después le insufló el hálito de la vida. Es la misma historia que se cuenta en las narraciones infantiles cuando la rana se convierte en un príncipe u otro personaje. Sin embargo, en el ámbito religioso y académico, la rana simboliza la lujuria.
Adios ranita.
Un abrazo.
Mitología y simbología.
En la mitología, la rana está relacionada con la resurrección. En la mitología egipcia era la diosa Herit que ayudó a Isis a recomponer el cuerpo destrozado de Osiris y después le insufló el hálito de la vida. Es la misma historia que se cuenta en las narraciones infantiles cuando la rana se convierte en un príncipe u otro personaje. Sin embargo, en el ámbito religioso y académico, la rana simboliza la lujuria.
Adios ranita.
Un abrazo.