Había en Deza un chico que tenía la madre muy enferma y él se levantaba muy temrano para coger gorriones, con la ratonera. Un día que cogió tres, le oí decir: Con estos tres gorriones mi hermana hará un buen caldo para mi madre a ver si se cura... Me llegó al alma y todavía lo recuero después de tantos años. Todo un amor filial.
Un abrazo.
Un abrazo.