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DEZA: LO QUE SE HA ESCRITO, O SE ESCRIBE, DE DEZA...

LO QUE SE HA ESCRITO, O SE ESCRIBE, DE DEZA

Terminamos con esta tercera entrega (Después de las anteriores de "el toro de del Santo Cristo" y "el cochino del Santo Cristo") reproduciendo lo que dice de Deza el escritor Miguel Moreno en su libro "Galería de estampas y costumbres" (Editado en 1975).
(Vaya, sobre todo, para Ana y María Eugenia, que desde las lejanas tierras de América nos visitan. Es probable que desde allí hayan tenido, obviamente, más dificultades para acceder a esta bibliografía soriana. Un saludo.)

LA CRUZ DE MAYO Y SAN ROQUE EN DEZA

"Pudiera parecer que en nada se parecen estas dos solemnidades. Sí en alguna parte, por cierto. Y tal es el caso de la villa de Deza en la fiesta de la Cruz -la Invención- el 3 de mayo; y la fiesta de la Cruz -la Exaltación- el 14 de septiembre, constituyen fechas señaladas y en ellas se transportan procesionalmente, a Santa Bárbara y a San Roque, subiéndose a la Santa y bajándose al Santo, en la Cruz de mayo; y cambiando los papeles, en la Cruz de septiembre.
Son dichas solemnidades las fiestas patronales de Deza, y están referidas ambas a la bendición de los campos, la primera, y a la acción de gracias por la recolección de las cosechas, la segunda.
Talante de romería, pero también de aldeana fiesta campera, tienen los dos acontecimientos. Las imágenes, es cierto se transportaban a pie; pero, en ambos recorridos había acompañamiento de caballerías bien enjaezadas y hasta de carruajes adornados. Todo con la alegría, la sal y pimienta de las mocedades que hacían alarde de entusiasmo, picardías y euforias, entre tanto que el cortejo oficial -Ayuntamiento, clérigos, dómines, alguaciles, sacristanes y alguna beata- recorrían el mismo itinerario rondando al Santo con riguroso fervor y seriedad.
Hay misa mayor y cánticos muy preferentemente dedicados al Santo español, milagrero y curador de leprosos. (Digo Santo español, porque el Montpelier francés correspondía en la época del Santo al condado catalán). Canciones y plegarias en las que alardeaban grupos y cuadrillas. Siemnpre la letra modulada, dicen que empezaba así:
"San Roque, divino Roque,
muy de veras te lo pido...".
Y en su momento, el párroco repartía asperges a los cuatro puntos cardinales, para bendecir los campos de cuya guarda se confiaba también encargo a Santa Bárbara, para que los librara de pedriscos, tronadas y exhalaciones.
Animador de la fiesta era el gaitero, y con él, en feliz pareja, el otro músico 'de la caja o tambor', que alegraba toda la ceremonia.
Otro número de la fiesta era la comida familiar, abiertos los corros y tendidos en la pradera los manteles. Sobre ellos, blanco pan candeal, grueso vino tinto de Aragón, cuyos manjares, pan y vino, sufragaba la generosidad municipal. El humor, la alegría, el apetito y la canción -la jota, en filas separadas mozos y mozas, ponía el exacto contrapunto a la música gaitera- procedían de aportaciones personales unas veces y colectivas otras, porque había que adobar con ingenio el retorno, harto más jaranero aún el viaje de regreso que el viaje de subida. Mozos y mozas, anudados en cadena, brazo con brazo, adelantaban a los grupos, de a pie o de a caballo, que habían comenzado antes a caminar.
La riada de gentes desembocaba toda desde la carretera de La Alameda, donde queda la ermita, en la Plaza Mayor de Deza, donde seguía vaciando jotas la dulzaina del gaitero y repicando redobles de acompañamiento, los palillos del músico de la caja."

Y como tal lo cuento. Saludos, dezanos.