Desde siempre he tenido curiosidad en saber por qué a San Saturio solamente se le representa de medio cuerpo, o sea, que únicamente es su busto lo que nos muestra su imagen.
La verdad es que no recuerdo si Gaya Nuño en su Santero de San Saturio dice algo al respecto, pero creo recordar, aunque no estoy muy seguro, que en un fresco de la ermita sí que se le ve de cuerpo entero.
Son muchos los santos que únicamente nos muestran esa parte superior de su anatomía como son San Fermín en Pamplona, San Valero que, por cierto, dicen que su cara es el retrato del antipapa de Illueca Benedicto XIII, San Félix, también en Zaragoza o San Bartolomé en el Santuario de la Misericordia de Borja.
Hace muchos años ya que leí el libro de Gaya Nuño y, como digo, no recuerdo que mencionara este detalle; sí memoricé, aunque no viene al caso, aquello de “…el haber anual de ochocientas pesetas, cinco fanegas de trigo y tres medias de cebada”.
Parece ser que San Saturio era hijo de un rico godo, que nació en el año 493 y que tardó mucho en ser canonizado por Benedicto XIV (en 1743). Tuvo suerte en elegir aquella cueva para consumar su vida de anacoreta. Y digo que tuvo suerte porque en pocos lugares habría disfrutado de un paisaje tan extraordinario, como en aquel privilegiado emplazamiento desde donde se contempla el arco del Duero lleno de choperas. Además, aquel anciano barbudo cuya calavera se conserva en la colegiata de San Pedro de Soria, tuvo la suerte de tener de discípulo y quizás de recadero a Prudencio, un joven alavés que le ayudaba, quien también alcanzó la santidad y, por su fuera poco, en aquella cueva manaba aceite para freír y aderezar la comida.
Dicen que estos bustos normalmente son simples relicarios, en cuyo interior se conservan las reliquias para ser conservadas y contempladas como objetos de meditación o reflexión.
La vida de San Saturio, al igual que las de casi todos los santos, se pueden encontrar en Google o en cualquier buscador, pero yo sigo con mi pregunta: ¿Por qué Estos santos se representan sin piernas?
El motivo de que esos santos no tengan piernas es muy sencillo, -me comenta un amigo tan bruto como irreverente-: estos santos de medio cuerpo se ve que llevaban una vida un tanto disoluta, que por las noches se escapaban de sus cuevas y conventos para irse de cachondeo o de botellón; enterado Dios envió al arcángel San Miguel para que les cortara las piernas y así, de este modo, los podemos contemplar en los altares.
Un saludo
La verdad es que no recuerdo si Gaya Nuño en su Santero de San Saturio dice algo al respecto, pero creo recordar, aunque no estoy muy seguro, que en un fresco de la ermita sí que se le ve de cuerpo entero.
Son muchos los santos que únicamente nos muestran esa parte superior de su anatomía como son San Fermín en Pamplona, San Valero que, por cierto, dicen que su cara es el retrato del antipapa de Illueca Benedicto XIII, San Félix, también en Zaragoza o San Bartolomé en el Santuario de la Misericordia de Borja.
Hace muchos años ya que leí el libro de Gaya Nuño y, como digo, no recuerdo que mencionara este detalle; sí memoricé, aunque no viene al caso, aquello de “…el haber anual de ochocientas pesetas, cinco fanegas de trigo y tres medias de cebada”.
Parece ser que San Saturio era hijo de un rico godo, que nació en el año 493 y que tardó mucho en ser canonizado por Benedicto XIV (en 1743). Tuvo suerte en elegir aquella cueva para consumar su vida de anacoreta. Y digo que tuvo suerte porque en pocos lugares habría disfrutado de un paisaje tan extraordinario, como en aquel privilegiado emplazamiento desde donde se contempla el arco del Duero lleno de choperas. Además, aquel anciano barbudo cuya calavera se conserva en la colegiata de San Pedro de Soria, tuvo la suerte de tener de discípulo y quizás de recadero a Prudencio, un joven alavés que le ayudaba, quien también alcanzó la santidad y, por su fuera poco, en aquella cueva manaba aceite para freír y aderezar la comida.
Dicen que estos bustos normalmente son simples relicarios, en cuyo interior se conservan las reliquias para ser conservadas y contempladas como objetos de meditación o reflexión.
La vida de San Saturio, al igual que las de casi todos los santos, se pueden encontrar en Google o en cualquier buscador, pero yo sigo con mi pregunta: ¿Por qué Estos santos se representan sin piernas?
El motivo de que esos santos no tengan piernas es muy sencillo, -me comenta un amigo tan bruto como irreverente-: estos santos de medio cuerpo se ve que llevaban una vida un tanto disoluta, que por las noches se escapaban de sus cuevas y conventos para irse de cachondeo o de botellón; enterado Dios envió al arcángel San Miguel para que les cortara las piernas y así, de este modo, los podemos contemplar en los altares.
Un saludo
Amigo pefeval, otro relato ameno y van... Estoy contigo en el acierto de San Saturio en elegir un lugar tan extraordinario como la cueva sobre el Duero.
En Soria, de jóvenes, decíamos en tono irreverente que San Saturio se representaba sólo de medio cuerpo para arriba porque era feo de co....; otra versión, que no citaba sus atributos masculinos, decía al igual que comentas, que se iba de parranda cruzando el Duero, de titis y morapio y claro, recibió el castigo divino; aunque hay una tercera variante y es que en una ocasión cruzó el Duero con las aguas muy frías -no había puente de piedra y el Duero es jodido en invierno, lo digo por el frío- y al volver de la juerga se le congelaron. Nadie se rasgaba las vestiduras por estas salidas jocosas, porque San Saturio nos cae tan bien en Soria que lo consideramos como una más de la familia. A ver qué capital puede presumir de tener un santo como éste. (Chauvinismo aparte, claro.)
Un abrazo.
En Soria, de jóvenes, decíamos en tono irreverente que San Saturio se representaba sólo de medio cuerpo para arriba porque era feo de co....; otra versión, que no citaba sus atributos masculinos, decía al igual que comentas, que se iba de parranda cruzando el Duero, de titis y morapio y claro, recibió el castigo divino; aunque hay una tercera variante y es que en una ocasión cruzó el Duero con las aguas muy frías -no había puente de piedra y el Duero es jodido en invierno, lo digo por el frío- y al volver de la juerga se le congelaron. Nadie se rasgaba las vestiduras por estas salidas jocosas, porque San Saturio nos cae tan bien en Soria que lo consideramos como una más de la familia. A ver qué capital puede presumir de tener un santo como éste. (Chauvinismo aparte, claro.)
Un abrazo.