¿tienes una panadería?

DEZA: (sigue)...

NUMANCIA

Cualquier soriano, de la capital o provincia, siente el orgullo de pertenecer al solar donde sus antepasados numantinos hicieron realidad una de las gestas más memorables de la historia de la humanidad. Numancia, un símbolo de independencia, libertad, dignidad. Numancia representa a los que prefieren morir de pie antes que vivir de rodillas.
Decía cualquier soriano y me quedo corto. Habría que extender este término, pero tengo muy serias dudas en un país como éste que nos toca sufrir. ¿Qué le dirá Numancia a un niño, un joven, un adulto de la LOGSE para acá, de Córdoba, Gerona, Bilbao...? Mezquino país que desprecia cuanto ignora.
En el siguiente mensaje hablaremos un poco de Numancia, de la mano de ese soriano de pro llamado Antonio Ruiz Vega, del que me precio ser amigo.
Un saludo.

NUMANCIA - EL IMPERIO QUE NO PUDO SER de ANTONIO RUIZ VEGA

El ensayista y periodista soriano Antonio Ruiz Vega es el autor de este libro que acompaña con ilustraciones policromas propias de modelos iconológicos celtibéricos, del que damos cuenta de su prólogo e índice.

PRÓLOGO GALEATO
Corría el año 1992 del siglo y milenio pasado cuando terminaron de aparecer en el extinto bisemanario “Campos de Soria” los veinte capítulos de mi “Nueva visión de Numancia”, una de las muchas series (de hecho, la última) que fueron apareciendo por la prensa soriana de los 80/90 (Como “Guía de la Soria Mágica”, “Cultura Soriana”, “De cómo perdimos los Cameros”, “Historia Mágica de Agreda”...). Desde entonces, como suele decirse, ha llovido mucho. Aquellos artículos alcanzaron cierto éxito provinciano (lo cual es prácticamente una contradicción en los términos) y hasta supe de un guía que los vendía fotocopiados a los turistas. Quizá porque venían a llenar un hueco en la escasísima bibliografía numantina, casi toda ella demasiado sectorial y/o erudita, redactada en dialecto “academiqués” ininteligible para los no iniciados. A falta de una buena síntesis (salvo los capítulos de don Blas Taracena para la “Historia de España” de Espasa Calpe) el curioso podía adquirir en el mercado editorial monografías pintorescas dedicadas a los temas más especializados y abstrusos. Con frecuencia ilustradas con esos inefables "quesitos" y gráficos de barras que nos informan de extremos tan apasionantes como cuál es el porcentaje de tectiformes (sea ello lo que fuere) en determinada cuenca paleo-hidrográfica. Me estoy refiriendo a que la mayoría eran productos endogámicos para la comunidad ciento-académica con un interés nulo para el ciudadano medio. De otra parte las grandes monografías (lógicamente superadas por el tiempo) como las de Schulten o Wattenberg eran inencontrables. La primera ha sido dignamente reeditada recientemente, y la de Wattenberg, por ejemplo, no parece que haya despertado gran interés entre el público. Fue para mí algo muy chocante el adquirir a principio de los años 90 un ejemplar de la primera edición de LAS CERÁMICAS INDÍGENAS DE NUMANCIA en la biblioteca del CSIC en la madrileña calle Medinaceli por las modestas 450 pesetas que costaba la primera (y creo que única) edición. Cuando un libro tan importante e interesante (al margen de lo discutible que puedan ser las tesis tracioescitas de Wattenberg) tarda 30 años en agotarse, es para echarse a temblar...

(sigue)
En 1996, mientras reunía documentación para el DICCIONARIO DE LA ESPAÑA MÁGICA (Espasa Calpe, 1997, escrito en colaboración con Fernando Sánchez Dragó) volví sobre aquel trabajo escrito quizá un poco apresuradamente y lo retomé para la redacción de varias voces sobre los celtíberos. Nuevamente, en el 2002, al escribir LOS HIJOS DE TÚBAL (2003, La Esfera de los Libros), tuve que repasar mis conocimientos sobre la Celtiberia que, evidentemente, se habían ido enriqueciendo con nuevas lecturas. La idea de publicar aquel material en forma de libro me vino, precisamente, a raíz del programa que para la 2 de Televisión Española grabamos en NEGRO SOBRE BLANCO en 2003 y en el que me acompañaron mi primo Gonzalo Ruiz Zapatero (Catedrático de la Complutense) y los arqueólogos aragoneses Fernando Marco Simón y Gabriel Sopeña Genzor. Aquel programa tuvo también, como este mismo prólogo, algo de "galeato" pues de algún modo quise cubrirme las espaldas llevando a tres arqueólogos de prestigio, estudiosos del celtismo y la Celtiberia (traté hasta el final de llevar a José María Blázquez, pero se disculpó por problemas derivados de su avanzada edad) que avalaran una obra que al fin y a1 cabo no proviene de un especialista sino de lo que antes se llamaba con cierto candor un "publicista". Por publicista entiendo yo a quien sirve de intermediario entre ese mundo académico que suele pecar (aunque afortunadamente no siempre) de excesivamente críptico y el gran público que, interesado por cierto tema, se ve en la tesitura de elegir entre obras que no van a captar su interés por demasiado abstrusas o en vulgarizadores que rozan la patraña y se inventan historias “mágicas” sin ninguna apoyatura en la aparentemente prosaica realidad.
Quede por tanto claro que el propósito de este libro no es otro que ese, el de, en un diálogo permanente con el lector, intentar trasmitirle el entusiasmo que a mí me produce el estudio de la antigüedad hispánica en general y la Celtiberia en particular.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
NUMANCIA - EL IMPERIO QUE NO PUDO SER de ANTONIO RUIZ VEGA

Otra cuestión, evidentemente, es que lo consiga. No hace mucho me decía el filósofo José Antonio Marina en respuesta a mi crítica a una de sus obras que él escribía los libros que le gustaría leer y que los redactaba para aprender sobre un tema, no porque supiera mucho sobre él sino porque quería saber más. Y esto se nota bastante en algunos de sus libros, que parece que vas avanzando con él, lo que resulta muy estimulante.

El texto que va a continuación ya no tiene mucho que ver con aquellos artículos aparecidos en “Campos de Soria” porque ese material lo he ido retocando, corrigiendo, refundiendo, a medida que nuevas lecturas o interpretaciones lo han hecho imprescindible. El último capítulo, “De Numancia entendida como Mediolanum o Centro de la Tierra”, está tomado íntegro de mi libro LOS HIJOS DE TÚBAL y corresponde a lecturas más tardías, sobre todo del libro de Marco V García Quintela "Mitología y Mitos de la Hispania Prerromana". Este capítulo fue publicado también en su día en el HERALDO DE SORIA. ... (ver texto completo)