Soria. Tierra de éxodo.
Desconozco las cifras oficiales sobre el número de sorianos que estamos fuera de nuestra provincia, muchos de nosotros desde hace décadas; pero intuyo que podríamos llenar por lo menos dos veces la población actual de Soria. Ya sabemos que en Soria la emigración fue imparable desde los años 50 hasta los 80. Los sorianos ausentes hemos rehecho nuestras vidas fuera de Soria porque Soria no nos dio la oportunidad de buscarnos la manera de vivir allí. Emigramos a Cataluña, Madrid, Zaragoza y al País Vasco sobre todo y fuimos haciendo pequeñas Sorias allá donde íbamos. Ahora tenemos hijos que no nacieron allá y que apenas conocen nuestra tierra por los tradicionales viajes veraniegos y por las vivencias emocionales de nuestras narraciones sentimentales de tiempos ya pasados.
Hay Casas de Soria repartidas por diversas regiones españolas e incluso conocí al Presidente (que es señor que lleva corbata en la fotografía), de la Casa de Soria en Buenos Aires. Fue en el 8º encuentro de las Casas de Soria, celebrado en nuestro pueblo Deza a principios de agosto del 2000. Todo un acontecimiento festivo en donde nos juntamos más de dos mil paisanos venidos de todas partes.
Fue una concentración modélica, con una organización perfecta. Alguien había dicho que lo de Deza sería un fracaso; pero hubo una persona que le contestó: Si los de Deza se lo plantean todo saldrá a las mil maravillas pues allí son capaces de meter la cabeza por una gatera si se lo proponen. Y nos lo propusimos: más de 80 personas jóvenes se cuidaron exclusivamente del servicio y todo el pueblo contribuimos en la organización material de todo cuanto hubo que hacer y preparar. El resultado fue excepcional. Un 10 para nuestro pueblo, comentaron algunos.
Seguiremos...
Una abrazo.
Desconozco las cifras oficiales sobre el número de sorianos que estamos fuera de nuestra provincia, muchos de nosotros desde hace décadas; pero intuyo que podríamos llenar por lo menos dos veces la población actual de Soria. Ya sabemos que en Soria la emigración fue imparable desde los años 50 hasta los 80. Los sorianos ausentes hemos rehecho nuestras vidas fuera de Soria porque Soria no nos dio la oportunidad de buscarnos la manera de vivir allí. Emigramos a Cataluña, Madrid, Zaragoza y al País Vasco sobre todo y fuimos haciendo pequeñas Sorias allá donde íbamos. Ahora tenemos hijos que no nacieron allá y que apenas conocen nuestra tierra por los tradicionales viajes veraniegos y por las vivencias emocionales de nuestras narraciones sentimentales de tiempos ya pasados.
Hay Casas de Soria repartidas por diversas regiones españolas e incluso conocí al Presidente (que es señor que lleva corbata en la fotografía), de la Casa de Soria en Buenos Aires. Fue en el 8º encuentro de las Casas de Soria, celebrado en nuestro pueblo Deza a principios de agosto del 2000. Todo un acontecimiento festivo en donde nos juntamos más de dos mil paisanos venidos de todas partes.
Fue una concentración modélica, con una organización perfecta. Alguien había dicho que lo de Deza sería un fracaso; pero hubo una persona que le contestó: Si los de Deza se lo plantean todo saldrá a las mil maravillas pues allí son capaces de meter la cabeza por una gatera si se lo proponen. Y nos lo propusimos: más de 80 personas jóvenes se cuidaron exclusivamente del servicio y todo el pueblo contribuimos en la organización material de todo cuanto hubo que hacer y preparar. El resultado fue excepcional. Un 10 para nuestro pueblo, comentaron algunos.
Seguiremos...
Una abrazo.
Soria... ¿Tierra de Promisión?
De hecho, la provincia de Soria no ha acabado con el problema de la emigración. Todavía son muchos los sorianos que cada año tienen que buscarse la vida lejos de allí. Una gran proporción de estudiantes está destinada a emigrar todavía y eso sigue siendo un problema que no se ha resuelto y que probablemente, es irresoluble, por ahora.
(Aparte de otras consideraciones, pensemos el caudal de conocimientos humanos y de dineral que le cuesta a nuestra provincia este hecho).
Pero quizá los tiempos están cambiando y (si la crisis galopante que estamos padeciendo no lo impide) Soria, como ocurre con el resto del país, pase de ser una tierra de emigrantes, a una tierra de acogida de inmigrantes. El enorme éxodo de de sorianos en este medio siglo largo marcó como hierro al rojo vivo, la piel, el destino de la provincia y la emigración de aquellos años, consecuencia de un plan de industrialización que sólo atendía a determinadas zona y entre ellas no estaba Soria ni su región, es la que nos ha conducido a la situación en la que nos encontramos.
Pero paradojas de la vida: Me contó una persona que en Soria Capital, había inmigrantes, por lo menos, de 30 naciones diferentes...
¿Será nuestra Soria, al final, la tierra de promisión de los emigrantes de todo el mundo...?
Un abrazo.
De hecho, la provincia de Soria no ha acabado con el problema de la emigración. Todavía son muchos los sorianos que cada año tienen que buscarse la vida lejos de allí. Una gran proporción de estudiantes está destinada a emigrar todavía y eso sigue siendo un problema que no se ha resuelto y que probablemente, es irresoluble, por ahora.
(Aparte de otras consideraciones, pensemos el caudal de conocimientos humanos y de dineral que le cuesta a nuestra provincia este hecho).
Pero quizá los tiempos están cambiando y (si la crisis galopante que estamos padeciendo no lo impide) Soria, como ocurre con el resto del país, pase de ser una tierra de emigrantes, a una tierra de acogida de inmigrantes. El enorme éxodo de de sorianos en este medio siglo largo marcó como hierro al rojo vivo, la piel, el destino de la provincia y la emigración de aquellos años, consecuencia de un plan de industrialización que sólo atendía a determinadas zona y entre ellas no estaba Soria ni su región, es la que nos ha conducido a la situación en la que nos encontramos.
Pero paradojas de la vida: Me contó una persona que en Soria Capital, había inmigrantes, por lo menos, de 30 naciones diferentes...
¿Será nuestra Soria, al final, la tierra de promisión de los emigrantes de todo el mundo...?
Un abrazo.