¿tienes una cafetería?

DEZA: Gracias, abuelo, una vez más, por esta bella página...

El jueves Lardero y las merendillas.

Hoy 19 de febrero, es el Jueves Lardero.

El Jueves Lardero que nosotros llamábamos el día de las merendillas, es un día que cae en diferente fecha cada año pues se rige por el calendario lunar, lo mismo que la Cuaresma y ésta se rige por la primera luna llena de primavera. Todos sabemos que es el jueves anterior del miércoles de ceniza.
Su institución fue debida a costumbres de otros tiempos en los que el ayuno era de obligado cumplimiento en los cuarenta días llamados de cuaresma. Había que despedirse con una buena merienda de productos del cerdo y éste día lo confirmaba.
Nuestras madres hacían en el horno unas hogacillas que nos las rellenaban con cosas del adobo, de aquellas cazuelas en las que se guardaban en aceite los lomos cortados en hermosas lonchas, las costillas troceadas y los chorizos cortados en trozos generosos, de las matanzas realizadas unos meses antes y que tenían que servir para todo el año, convenientemente repartidas.
Los chicos se juntaban con sus amigos, según la edad y con su talego o morral colgado a la espalda, se repartían por diferentes lugares previamente escogidos unos días antes o en aquel mismo momento. Generalmente se iba de campo, un poco apartados del pueblo si ya estabas entre los mayorcitos y por las eras si eras jovencito y no tenías experiencias en salidas lejanas. La última vez que salí, creo que nos llegamos hasta El Pozo del Ruido que pilla por allá, al pié de la Sierra ya en el interior del Estrecho.
Cada uno se comía su merienda cuando podía o le venían ganas de empezarla pues como eras el dueño podías hacer lo que quisieras puesto que en fecha tan señalada mandabas tú en el talego o morral. El padre aquel día dejaría la bota en casa para que pudieras llevar un poco vino y te sintieras plenamente realizado como un hombrecillo con derecho a compartirlo con los amigos.
Las chicas no salían al campo tal como hacíamos los chicos. Ellas se juntaban en alguna casa y allí hacían sus natillas que después de merendar, las tomaban como postre. Tenían la costumbre de ponerlas a refrescar en la ventana y comerlas fresquitas. Un detalle que era vigilado por algún grupo de mocetes que en alguna ocasión se las sustrajeron y las dejaron a la luna de Valencia. Estos detalles ya lo sabían todas y procuraban ponerlas en sitio seguro.
También había mujeres casadas, de morro largo, que lo celebraban por todo lo alto mientras los pobres maridos se tiraban el día entero labrando. Solamente faltaba que al llegar a casa los recibieran con malas caras.
Otro dato curioso es que por nuestros yermos y aliagares, a principios de otoño, sale una planta de color morado, de la familia del azafrán, que se llama acorta meriendas. Se daba a entender en aquellos tiempos que las meriendas se tenían que suprimir o por lo menos reducirlas al mínimo puesto que al hacerse de noche tan pronto, la cena no tardaría en venir y se podía por tanto ahorrar alguna cosilla.

Un abrazo y un día feliz.

Gracias, abuelo, una vez más, por esta bella página de etnología, y ya van... No creo que sea preciso volver a explicar -sería caer en la redundancia o, dicho coloquialmente, te repìtes, Manuel, más que la cebolla- el por qué se ha quedado uno enganchado a este foro. Lástima que haya dezanos que no lo disfruten por no tener oportunidad, porque en otros casos sería casi delito. Y lo bueno de este foro es que, aunque a veces se trate de cosas locales, el tratamiento que se les da alcanza a otros ámbitos más amplios.
En fin, también para ti, un feliz jueves lardero.