Luz ahora: 0,10500 €/kWh

DEZA: Amigo Pefeval: Ahora que hablas de Sebastián, recuerdo...

En muchas ocasiones he tratado del costumbrismo, de las peculiaridades y de algunos de los carismáticos personajes de nuestro pueblo.
Con relación al tema de las abejas, la miel, los colmenares y todo lo referente a la apicultura que tan magistralmente detallas, abuelo, mencionas a varios paisanos verdaderos entendidos en este tema, como lo fue el tío Felipe el Royo y lo es Joselito el Romero.
Yo quería hacer alusión en este link a otra persona, también entendida en la materia, como lo fue mi pariente Sebastián el Potrica, q. e. p. d..
A finales de los sesenta, una universidad de Madrid publicó un anuncio para celebrar en la Villa y Corte un cursillo de apicultores. Sebastián, animado por mi padre, solicitó ser admitido en dicho curso y, aunque no abrigaba muchas esperanzas en ser admitido, le citaron para que acudiera. Y allí marchó nuestro buen Sebastián para participar entre los más importantes apicultores y entendidos de esta industria. Una vez transcurridos los diez días del cursillo, regresó a Deza.
Lo gracioso del caso es que, en Madrid, a pesar de ser semianalfabeto, dejó asombrados a los profesores y participantes con su saber y conocimientos, en muchos casos rudimentarios. Él hacía virguerías con los enjambres, cubriendo todo su cuerpo con esos peligrosos insectos y mostrando sus conocimientos hasta el punto de dejar boquiabiertos a los asistentes. Entre otras experiencias les mostró, como digo, su rudimentaria manera de fabricar colmenas a la usanza que entonces se practicaba en el pueblo, a base de varas de sabina entretejidas recubiertas con una mano de barro y, ante los incrédulos participantes, hubo de elaborar una de esas colmenas. Fue citado, y apareció su fotografía, en la revista especializada en apicultura y se trajo un bonito diploma como número uno de los asistentes.
Sirvan estas líneas como recuerdo al amigo Sebastián.
Un saludo

Amigo Pefeval: Ahora que hablas de Sebastián, recuerdo una anécdota que se contaba, referida a la "faja del Sebastián", que parece ser que ató doce colmenas y aún le sobró faja (Dicho sea con todo el respeto que merecía este buen hombre).

Un abrazo