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DEZA: Entre las tribus y ciudades celtíberas existieron,...

Es interesante la civilización de los celtíberos. He tratado de recopilar unas líneas acerca de algunas costumbres y religión, así como a una de sus leyes que se practico en Numancia: la devotio.
Las tribus consideradas de la etnia celtibérica, algunas de ellas según Ptolomeo, además de los propios celtíberos, fueron los arévacos, vacceos, belos, titos, carpetanos, vascones, túrmogos, cántabros, astures, oretanos, várdulos, autrígones, lobetanos, caristos, ilergetes, castellani, edetanos, callaeci, celtici, lusitanos, bastetanos, vettones, turdetanos, etc.
Los celtíberos vestían de negro, con el típico sagum galo y ceñidas calzas; se cubrían con una capa o manto con capilla. Dedicados a la caza y a la pesca, vivieron en aldeas. Su religión era fundamentalmente druídica; sus ritos, celtas; sus sacerdotes muy similares a los druidas. Fueron típicas sus danzas y sacrificios en las noches de plenilunio.
Alfredo Jimeno Martínez, arqueólogo de Soria, provincia de España que corresponde casi íntegramente a la antigua Celtiberia, nos dice en su artículo Religión y ritual funerario celtibéricos que "la sociedad celtibérica presenta un fuerte contenido militar, potenciado a partir del siglo IV a. C. con la actividad en el Alto Duero de los arévacos. Para los celtíberos la guerra era una forma de conseguir prestigio, riqueza y reconocimiento social". A decir de Silo Itálico: "los celtíberos tienen preparado el ánimo para la muerte y el cuerpo para la fatiga y luchan contra ellos mismos cuando no existe contrincante exterior" y "se muestran felices en las batallas y se lamentan en las enfermedades". Ante la indignidad que supone la pérdida de libertad, el guerrero celtíbero prefiere la muerte a través del suicidio (devotio).

Los pueblos celtíberos según Estrabón.

De los cuatro pueblos en que están divididos los celtíberos el más poderoso es el de los arévacos, que habitan la región oriental y meridional y son limítrofes de los carpetanos y vecinos de las fuentes del Tajo. La más famosa de sus ciudades es Numancia, cuyo valor se demostró en la guerra de veinte años que sostuvieron los celtíberos contra los romanos; luego de haber destruido varios ejércitos con sus jefes, los numantinos, encerrados tras sus murallas, terminaron por dejarse morir de hambre, a excepción de los pocos que rindieron la plaza. Los lusones, que pueblan la parte oriental, limitan también con el nacimiento del Tajo. De los arévacos son las ciudades de Segeda y Pallantía. Numancia dista unos ochocientos estadios de Cesaraugusta que, como hemos dicho, se alza en la orilla del Ebro. Tanto Segóbrida como Bílbilis son ciudades de los celtíberos... Posidonio dice que Marco Marcelo pudo sacar de la Celtiberia un tributo de seiscientos talentos, de lo que se puede deducir que los celtíberos eran muchos y dueños de abundantes bienes, aunque habitasen en una región tan poco fértil...

Un abrazo.

Lucha, armas y vida de los celtíberos según Diodoro Sículo.

Los celtíberos suministran para la lucha no sólo excelentes jinetes, sino también infantes, que destacan por su valor y capacidad de sufrimiento. Están vestidos con ásperas capas negras, cuya lana recuerda el fieltro; en cuanto a armas, algunos de ellos llevan escudos ligeros, similares a los de los celtas, y otros grandes escudos redondos del tamaño del aspis griegos. En sus piernas y espinillas trenzan bandas de pelo y cubren sus cabezas con cascos broncíneos, adornados con rojas cimeras; llevan también espadas de doble filo, forjadas con excelente acero y puñales de una cuarta de largo para el combate cuerpo a cuerpo. Emplean una técnica peculiar en la fabricación de sus armas: entierran piezas de hierro y las dejan oxidar durante algún tiempo, aprovechando sólo el núcleo, de forma que obtienen, mediante una nueva forja, espadas magníficas y otras armas; un arma así fabricada corta cualquier cosa que encuentre en su camino, por lo que no hay escudo, caso o cuerpo que resista sus golpes... Son muy hábiles en luchar de dos modos diferentes: primero atacan a caballo y en el caso de ser rechazados, desmontan y atacan de nuevo como soldados de infantería... Según sus normas habituales son extremadamente crueles con los criminales y enemigos, aunque con los forasteros son compasivos y honrados, rivalizando entre ellos para prodigarles su hospitalidad... En cuanto a su alimentación, se sirven de toda clase de carnes, que abundan entre ellos y, como bebida, poseen una combinación de vino y miel.

Un abrazo.

Ligas tribiales.

A comienzos del siglo II a. C., las distintas tribus constituían una liga o confederación militar, cuya finalidad era la defensa de las ciudades acogidas a la misma. Esta confederación o liga la componían los arévacos, bellos, tittos, lusones y probablemente los pelendones.

La estructura de esta liga, a principios del siglo II, no era estable, sino que funcionaba según las circunstancias, como eran los ataques de los romanos. Parece ser que la liga no tenía ningún poder coactivo sobre las tribus o ciudades que la componían, pues podían adoptar distintas actitudes en la lucha contra los romanos, según las circunstancias. Se sabe que los numantinos tenían guarniciones propias en Malia y Lagni, para reforzar la defensa de la ciudad y preservar la fidelidad de las mismas a los arévacos.

Seguramente la iniciativa de la formación de la liga partiría de los arévacos, que en todo momento es la tribu dominante por su superioridad militar. Es evidente que dentro de la liga había desigualdades, que fueron explotadas por los romanos para conseguir el triunfo en las guerras.

Un abrazo.

Un abrazo.

Entre las tribus y ciudades celtíberas existieron, según los autores antiguos, formas especificas de relacionarse entre ellas que serían: Hospitium, clientela y devotio.

Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hospitium:

El hospitium (hospicio) o pacto de hospitalidad permitía adquirir los derechos de un grupo gentilicio a otros grupos o individuos. No se trataba de un acto de adopción; las partes actuantes contraían derechos mutuos sin que la personalidad propia se perdiera. Los contrayentes del hospitium se convertían en huéspedes (hospites) mutuos y el pacto de hospitalidad se solía acordar en un documento denominado tésera de hospitalidad. Estas téseras son láminas de metal recortado, en muchas de ellas figurando dos manos entrelazadas o la silueta de animales, que quizá tenían un significado religioso. Se supone que el hospitium, inicialmente, se acordaba en plano de igualdad, pero al surgir diferencias económicas, se iría pasando a un estado de dependencia. De entre los pactos de hospitalidad descubiertos, el más famoso es el Bronce de Luzaga, que registra un hospitium entre las ciudades de Arecoratas y Lutia, al que probablemente se sumaban las gentilitates Belaiocum y Caricon.

Un abrazo. ... (ver texto completo)