El Molino de la Vega no estaba en linea con los molinos que movía el agua de Algadir. Lo construyeron desviando en cauce del Río Henrar mediante un azud y recogiendo el agua en una balsa de tierra de donde a voluntad de los dueños del molino, podían abrir y regular el agua según las necesidades de la molienda a realizar. En verano, aprovechábamos el agua estancada para bañarnos, siendo de imperiosa necesidad que no se estuviese moliendo en esos momentos pues nos hubiera engullido el remolino que formaba la corriente al abrir la tajadera. Nosotros decíamos tarjadera. El agua era tarquinosa de resulta de los sedimentos orgánicos depositados en el fondo de la balsa. Pero como no había otra cosa mejor...
Un abrazo.
Un abrazo.