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DEZA: La ternura es una actitud afectiva interior y no se...

La ternura es una actitud afectiva interior y no se limita a las manifestaciones externas, que pueden ser puramente convencionales. Por el contrario, siempre es individual, interior e íntima. No puede manifestarse libremente más que respecto de aquellos que la comprenden y sienten.
Todos aquellos que tienen una necesidad particular de ternura -los débiles, los enfermos, los que padecen física o moralmente- tienen derecho a ella.
Los niños, para quienes la ternura es un medio natural de manifestar el amor, tienen un derecho particular al cariño.
Por consiguiente, es necesario aplicar a estas manifestaciones, sobre todo exteriores, una medida única, la del amor de la persona.
El amor de la persona y entre las personas ha de reunir la ternura y una cierta firmeza.
En otro caso, se convertirá en enternecimiento, sensiblería y debilidad.
No ha de olvidarse que el amor humano es también una lucha por el ser humano y por su bien.
La ternura es el arte de "sentir" a la persona, al ser humano en su totalidad.
La ternura crea una atmósfera interior de armonía y comprensión mutua.
La mujer espera ternura del hombre y tiene un derecho particular a esa ternura en la relación de pareja, donde se da al hombre y vive esos momento y períodos tan difíciles e importantes de su existencia que son el embarazo,
el parto y todo lo que con ellos se relaciona.
Su vida afectiva es, en general, más rica que la del hombre y, por consiguiente, tiene mayor necesidad de ternura y cariño.
El hombre también lo necesita, pero bajo otra forma y en distinta medida.
En ambos, la ternura crea la convicción de que no están solos y de que su vida es compartida por el otro.
Semejante convicción es para ellos una gran ayuda y refuerza la conciencia que tienen de su unión.

Un abrazo, amigos de Deza