Paz de Deza
Paz de Deza, también conocido como Paz de Terrer, es un tratado firmado el 18 de mayo de 1361 en la localidad española de Deza (provincia de Soria), entre Pedro IV el Ceremonioso, rey de Aragón y Pedro I el Cruel, rey de Castilla, por el que se intentó poner fin al enfrentamiento iniciado entre los dos reinos, en la denominada Guerra de los dos Pedros (1356-69). En ella intervino Guillaume de Jugie, legado pontificio y cardenal de Bolonia, que medió entre los dos ejércitos que se encontraban frente a frente: el aragonés en Terrer, Zaragoza, y el castellano en Deza. Por parte de Aragón, negoció Bernardo Cabrera, ministro de Pedro IV, y por parte de Castilla, Juan Alfonso de Mayorga y Men Rodríguez de Biedma. También fueron testigos los abates de Fécamp y San Benigno. Por el tratado se restituyeron las plazas ocupadas y se liberaron los prisioneros. Además, se confió al criterio del legado pontificio la resolución del contencioso sobre la zona de Alicante y Almazán. Todos los castellanos desnaturados fueron perdonados, salvo Enrique de Trastámara, Pero y Gómez Carrillo, Gonzalo González de Lucio, Alvar Pérez de Guzmán y el infante Fernando. El tratado fue violado al año siguiente tras el ataque del monarca castellano a la localidad aragonesa de Calatayud.
Mirando por Internet he encontrado esta referencia sobre Deza y no la quiero dejar pasar de largo aun cuando no venga a cuento ni a colación la tal Paz en estas fechas.
Un abrazo.
Paz de Deza, también conocido como Paz de Terrer, es un tratado firmado el 18 de mayo de 1361 en la localidad española de Deza (provincia de Soria), entre Pedro IV el Ceremonioso, rey de Aragón y Pedro I el Cruel, rey de Castilla, por el que se intentó poner fin al enfrentamiento iniciado entre los dos reinos, en la denominada Guerra de los dos Pedros (1356-69). En ella intervino Guillaume de Jugie, legado pontificio y cardenal de Bolonia, que medió entre los dos ejércitos que se encontraban frente a frente: el aragonés en Terrer, Zaragoza, y el castellano en Deza. Por parte de Aragón, negoció Bernardo Cabrera, ministro de Pedro IV, y por parte de Castilla, Juan Alfonso de Mayorga y Men Rodríguez de Biedma. También fueron testigos los abates de Fécamp y San Benigno. Por el tratado se restituyeron las plazas ocupadas y se liberaron los prisioneros. Además, se confió al criterio del legado pontificio la resolución del contencioso sobre la zona de Alicante y Almazán. Todos los castellanos desnaturados fueron perdonados, salvo Enrique de Trastámara, Pero y Gómez Carrillo, Gonzalo González de Lucio, Alvar Pérez de Guzmán y el infante Fernando. El tratado fue violado al año siguiente tras el ataque del monarca castellano a la localidad aragonesa de Calatayud.
Mirando por Internet he encontrado esta referencia sobre Deza y no la quiero dejar pasar de largo aun cuando no venga a cuento ni a colación la tal Paz en estas fechas.
Un abrazo.